Gobiernos hondureños han improvisado con la producción agrícola

Cosechadoras de agua que no funcionaron, tractores donados desaparecieron y proyectos de riego no ejecutados

Los hondureños consumen 15 millones de quintales de maíz y solo producen la mitad.
El problema de cultivos se profundiza en los municipios del corredor seco, que siempre están bajo amenaza de crisis alimentaria, donde el abandono del Estado es casi total.

mié 3 de agosto de 2022 a las 0:0

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La falta de una política estatal para atender el agro hoy tiene a la sociedad hondureña viviendo al filo de la escasez de alimentos.

Para los productores, este riesgo no es nada nuevo en un país donde la agricultura se administra según las improvisaciones del partido que llega al poder.

Desde el período gubernamental de Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), cuando se eliminó la Reforma Agraria con la Ley de Modernización Agrícola, cada administración ha dejado una huella que causa risa y repudio entre los agricultores.

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En el gobierno de Manuel Zelaya Rosales (2006-2009), Venezuela le donó a Honduras 100 tractores para mejorar la producción en el campo, pero estos desaparecieron una vez que llegaron al país, unos fueron vistos en fincas de personas afines al expresidente.

En el período de Porfirio Lobo (2010-2014), ante la escasez, un barco cargado con frijoles de Etiopía se “extravió” en altamar; en los siguientes ocho años de gobierno de Juan Orlando Hernández se cavaron cosechadoras de agua que no cosecharon nada, luego para no perder el ritmo de la inventiva se realizaron estudios satelitales en el corredor seco para detectar las aguas subterráneas.

Además, se gestaron proyectos de irrigación que nunca se concluyeron y se repartieron bonos tecnológicos que se esfumaron entre las manos de la corrupción.

Las iniciativas improductivas están por diversos lugares del país, no obstante, los agricultores de tierra adentro siguen sembrando de manera rudimentaria por la falta de investigación y asistencia técnica.

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Impacto

De acuerdo con Dulio Medina, presidente de Prograno, los gobiernos gastan dinero en programas tras programas supuestamente para mejorar la producción, pero no resuelven nada.

“Siempre estamos en lo mismo; se termina el gobierno se termina el programa, la gente no logra despegar. Aquí se ha gastado en cosechas de agua, en cultivos de alta rentabilidad pero sin diagnósticos técnicos”, criticó.

Medina lamentó que lo bueno que hace un gobierno, el siguiente lo abandona y crea su propio gasto. Muchas veces vienen con un tipo de políticas que no encajan en la respuesta que se necesita.

Por ejemplo, el mejoramiento de la producción en los municipios del corredor seco hay que tratarla con almádana y cincel, “pero aquí cada gobierno quiere venir a inventar el hoyo de la rosquilla, si ya está inventado”, ironizó Medina.

Ante las proyecciones del Programa Mundial de Alimentos y de la FAO sobre el riesgo de que Honduras caiga en una crisis alimentaria, Medina es del criterio que no se va a llegar a una alerta roja porque el invierno este año ha sido bondadoso en todo el territorio.

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Según este productor, las proyecciones de los organismos internacionales se realizaron partiendo de las advertencias de pocas lluvias que dio el Servicio de Meteorología entre marzo y abril, pero un nuevo pronóstico en mayo precisó un mejor comportamiento del invierno.

“Eso contribuyó a que la gente se frenara y no sembrara masivamente, otro elemento fue el alto costo de los insumos agrícolas, estos dos elementos bastaron para que se redujeran bastante las áreas de cultivo”, valoró.

Él cree que ahora con las proyecciones de lluvia dadas por Meteorología para los próximos meses, la siembra de postrera será abundante. Sobre la realidad de la falta de producción en los municipios del corredor seco, él consideró que ahí hay dos causas: la crisis de agua y los suelos poco fértiles, por lo que ahí lo que se ha recomendado es la siembra de cultivos aptos para la zona que tengan un potencial de rentabilidad.

Explicó que el país desde hace años es deficitario en maíz ya que la población hondureña consume anualmente alrededor de 15 millones de quintales, pero el año pasado solo se produjeron aproximadamente cinco millones y para este podría alcanzar los ocho millones de quintales.

Eso no sucede con los frijoles, cuya demanda anda equilibrada con la producción anual. “Mire, el frijol y el maíz son los únicos productos que sube en Honduras pero que también bajan”, sostuvo Medina.

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Asistencia

De acuerdo con Roy Lazo, viceministro de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), en Honduras el 70% de la población está en altos niveles de pobreza y el 50% en extrema pobreza, pero “si alguien anda dinero en la bolsa y va a cualquier mercado local o supermercado encuentra alimentos”.

Este país tiene un corredor seco donde definitivamente el cambio climático sí se está presentando fuerte, pero este país tiene zonas de producción de alimentos en cantidades exorbitantes, como el Valle de Sula, Guayape, Comayagua y Jamastrán.

“Honduras no va a entrar fácilmente en una hambruna, a pesar de que hay factores que están desestimulando la producción nacional en diferentes rubros y uno de ellos es el alto costo de los fertilizantes, del diésel, eso es grave, pero también el cambio climático aumenta las necesidades de riego, por otro lado, la migración ha afectado porque no hay mano de obra disponible y no hay un relevo generacional en nuestra población agrícola, la juventud ha abandonado el campo. Lo que tenemos ahorita es una población agrícola ya envejecida, a punto de retirarse”, reflexionó Lazo.

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El funcionario recordó que la investigación y la asistencia técnica en el campo desapareció a raíz de la Ley de Modernización Agrícola que en el artículo 51 prohibió el uso tierras ociosas para la Reforma Agraria y, por otro lado, eliminó los servicios de investigación y extensión agrícola en el país.

Desde entonces, afirmó, ningún gobierno se ha tomado la molestia de revisar esa ley; este gobierno está retomando el tema de investigación y de extensión.

Explico que “la falta de investigación ha dejado a nuestros agricultores en manos de las recetas de las agropecuarias que están vendiendo lo que tienen y en las cantidades que el cliente se deje meter y esto no puede seguir así”.

Sobre lo que la SAG realiza para atender el agro y a los agricultores en estos momentos difíciles, Lazo sostuvo que esa entidad está trabajando en dos vías: se está promoviendo un proyecto que conduzca a establecer seis laboratorios de suelo a nivel de las áreas productivas del país en los principales valles: Jamastrán, Choluteca, Olancho y en la parte norte. En este momento el país solo tiene dos laboratorios de suelo: en La Lima, Cortés, y El Zamorano, Francisco Morazán.

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Él considera que se debe promover una cultura de fertilizar con base en el análisis de suelo y esto reducirá los altos costos, de igual manera se busca implementar el uso de fertilizantes orgánicos, aunque estos no suplen el cien por ciento de los requerimientos nutricionales de las plantas, al menos los agricultores se podrán ahorrar un 40 por ciento de los costos.

Sobre esta alternativa ya hay algunas empresas exitosas en Honduras y para fortalecer esta iniciativa se buscará establecer un acuerdo con Cuba, ya que este país tiene técnicos como mucha experiencia en esto.

Asimismo, para contrarrestar la falta de la disponibilidad de alimentos “este gobierno ha impulsado lo que es el bono tecnológico, que permitió solo en este año la siembra de primera de al menos unas 70,000 manzanas de maíz y 20,000 de frijol, ahorita en un mes vamos con la postrera y esperamos sembrar unas 70,000 manzanas de frijol y unas 20,000 o 25,000 de maíz”.

En cuanto a la politización de este bono, Lazo afirmó que este beneficio va dirigido para personas muy pobres que no tienen acceso a un crédito bancario y que son poseedoras de menos de cinco manzanas de tierra y hay 700,000 familias en el país en esas condiciones; “aunque el bono tecnológico todos sabemos que termina en manos no siempre de personas que lo necesitan, sino de personas que tienen algún grado de influencia y se logran infiltrar en las listas”.

“Es que el bono tecnológico funciona por lista, la lista que tiene diferentes orígenes, las alcaldías, las asociaciones de productores, las etnias y también la clase política que tiene sus listados, pero nosotros tratamos de distribuirlo de manera equitativa entre todos”, aseguró.

“En cada bono tecnológico va a haber una enorme insatisfacción porque hay 700,000 personas esperándolo y nosotros llegamos a 115,00 o 120,000”. Aunque en las zonas más pobres del país los productores solo saben de Banadesa por sus escándalos de corrupción, el viceministro de la SAG aseguró que ese banco ha colocado este año 350 millones de lempiras en préstamos para pequeños productores de maíz, frijol y arroz.

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