Niñas y niños son explotados para obtener dinero afuera de las discos

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus se sumergió en el mundo de la explotación infantil que viven cientos de niñas y niños hondureños en las zonas de discotecas. Noches y madrugadas piden o venden cosas en medio de borrachos, pedófilos y abusadores que se sirven de ellos

Con cigarro en mano, vestido corto y un pañuelo en la cabeza, una niña de 12 años camina en la zona de discotecas.

lun 11 de septiembre de 2023 a las 0:0

8:05 min. de lectura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Entre los dedos índice y medio de la mano izquierda, Amandita llevaba encendido un cigarro color blanco que combinaba a la perfección con el esmalte de sus uñas postizas, largas y puntiagudas.

Lo manipulaba con astucia, inhalaba y exhalaba su nicotina con placer, volviendo sus labios para enfrente como un embudo, una y otra vez, en una especie de ansiedad por terminarlo lo más pronto posible.

En su frente un pañuelo color negro con distintivos blancos -al estilo noventero- su cabello es bastante colocho o rizado, castaño oscuro estaba totalmente despeinado, suelto, rebelde, como su personalidad.

$!Ambas niñas se entretuvieron con un cachorro, que al final una de ellas terminó cargando.

Amandita lucía en su cuello tres brillantes cadenas plateadas, la primera ajustada con un pequeño dije, la segunda un poco más holgada, mientras la tercera era larga con un dije mas grande que se visualizaba entre su pecho y ombligo.

Su vestido era blanco con rayas negras horizontales, bastante corto, muy por arriba de la rodilla, ajustado a su pequeño cuerpo de niña que denotaba el comienzo de la etapa de desarrollo.

Sonreía a cada momento, sus gestos eran dulces; ni el cigarro o el vestido podían ocultar que es una niña de por mucho 12 años.

$!La cantidad de niños afuera de las discotecas, en medio de borrachos, es impresionante. Los menores están hasta la madrugada.

Caminaba en medio de los hombres y mujeres que aguardan afuera de una discoteca en una de las zonas vivas de la capital -ya era la una de la madrugada-, los vendedores le lanzaban piropos vulgares, otros la veían sorprendidos por su edad; a ella no le interesaba, caminaba con seguridad como si fuera la dueña de la calle.

Amandita no estaba sola, atrás de ella venía otra niña, un poco más desarrollada en altura, 15 o 16 años lo más, también andaba pañuelo, color blanco con distintivos negros, un top que dejaba al descubierto su abdomen y un holgado pantalón negro que lo combinaba con sus tenis.

$!Un hombre le toca la cabeza a un niño de los que estaba afuera de las discotecas.

Ambas niñas iban y venían, platicaban, no pedían dinero pero sí ingerían alcohol. Con morbosidad un vendedor de chicles aseguró que deseaba tener una buena venta para terminar la noche con una de ellas, pues por un precio accesible -mencionó entre 100 y 200 lempiras- podría ser quien la llevara a un espacio oscuro para satisfacer sus deseos más bajos sin meditar que eran unas niñas.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus estacionó su vehículo en una zona de discotecas. El equipo bajó la compuerta de atrás de un Pick-up, sacó un par de cervezas para disimular y captó cómo niños y niñas pasaban sus madrugadas en medio de los excesos de los adultos.

La explotación infantil era evidente, cargada de abusos silenciosos.

$!Los niños y niñas afuera de las discos no miden el peligro que enfrentan en la calle.

Sus testimonios revelan el aprovechamiento al que eran sometidos para obtener dinero, desvelados abrazaban su realidad como un juego que se repite de martes a domingo, sin que nadie pueda ayudarlos.

Niños no han sido prioridad

En Honduras no existe un dato oficial de cuántos niños y niñas permanecen en condición de calle o trabajan para un tercero.

La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) pagó un estudio hace seis meses que nunca le entregaron, mientras la Dirección Nacional de Adolescencia y Familia (Dinaf), que el viernes 8 de septiembre fue nombrada Secretaría de Estado en los Despachos de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), no se atreve a soltar un dato preciso.

$!Sergio, un niño de siete años, incluso utilizaba los globos de las celebraciones de las discotecas en su cabeza.

La exdirectora, Dulce María Villanueva, investigada por actos de corrupción, dijo a inicio de este año que netamente en condición de calle habían 3,000 menores de edad, pero que la cifra se quedaba corta si se tomaba en cuenta los niños y niñas que realizan trabajos.

Mientras el último estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), denominado “Derecho de la Niñez y Adolescencia en Honduras”, publicado en 2018, cita cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), en las que se asegura que el 77.1% de los niños y niñas hondureños viven en condición de pobreza y una de cada cuatro en una situación de pobreza extrema.

$!Un hombre se detuvo a platicar con los niños, quienes estaban en medio de personas borrachas en la zona de las discotecas.

“El 59.8% de la niñez hondureña está en una situación de pobreza multidimensional (aproximadamente 2.1 millones de niños y niñas), puesto de otra manera tres de cada niño, niña y adolescentes son pobres multidimensionalmente y uno de cada cuatro presenta pobreza extrema”, detalló el informe en la página 30, apartado “Pobreza y migración entre la niñez hondureña”.

Por su parte, en la página oficial de la Coordinadora de Instituciones Privadas por las Niñas, Niños y Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden) mencionan que al menos el 50% de los 10 millones de hondureños son niños, niñas y adolescentes, el 70% menores de 18 años y del total, 15 mil niños y niñas están en condición de calle.

$!Al fondo, atrás de las cuatro mujeres que cruzan la calle, caminaba una niña de 11 años, quien estaba trabajando a la 1:00 de la madrugada.

Partiendo de ahí, está claro que los niños y niñas no han sido precisamente prioridad para los gobiernos pasados, por lo que todos han manejado que hay unos 16,000 en condición de calle.

Discotecas

Amandita y su amiga forman parte de este grupo, dónde también están Axel (5) y Sergio (7), dos niños que pasan sus madrugadas merodeando las discotecas de la ciudad para ganar algo de dinero.

Axel apenas podía hablar, vestía ropa vieja -suéter negro y pantalón del mismo color- y no estaba muy limpia.

Al momento que los niños dialogaron con la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus eran casi las dos de la madrugada; se les estaba dando seguimiento desde las 11:00 de la noche, captando todas sus acciones.

$!La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus le dio seguimiento desde las 11:00 PM hasta las 3:00 AM a este par de niños.

Durante el tiempo de observación, Axel comió sobras de la comida de otras personas, recibió dinero de extraños, fue acariciado por mujeres y hombres desconocidos, jugó con cajas de cartón, manipuló latas con bebidas alcohólicas, hizo mandados, orinó en la calle, todo en medio de decenas de adultos que lo miraban normal sin prestarle atención.

Persuadirlo para conversar no costó nada, bueno, 10 lempiras. Axel casi no podía hablar, está en realidad muy pequeño, dijo que le gustaba el Olimpia, eso lo contó muy claro y no dejó mayores dudas.

Trabaja toda la noche para una mujer, una fémina de piel trigueña, desalineada, sucia, callada, pero atenta a los movimientos de las gallinas de los huevos de oro. Portaba una mochila roja que le servía de alcancía para guardar el dinero que recaudaban los cipotes mientras ella se acomodaba en una grada.

$!Las madrugadas de Sergio son entre adultos en la zona de discotecas de la capital.

El niño iba a la escuela, estaba entrenado para decir que sí, pero el primer grado que presumió después se esfumó. Llegó a pedir dinero a la disco desde las 8:00 de la noche y se pensaba ir hasta las 3:00 de la madrugada.

Aseguró que pese a estar cansado se levantaba muy temprano; le gusta la pizza, aunque no supo decir cuándo la comió por última vez, lo que sí sorprendió es que dijo que en su casa habían al menos 20 niños.

Su amigo, Sergio -calzoneta y camisa roja con un número cinco en la espalda-, quien resultó ser su primo, está un poco más grande; dijo que cursaba el tercer grado, pero no sabía el nombre de la escuela, luego confesó que no estudiaba, solo lo llevan a pedir dinero en la noche.

$!Desvelado, Axel deambulaba por las calles pidiendo dinero bajo la presión de una mujer que lo controla.

Vive con Axel. Dijo que tenía seis hermanos pequeños y confirmó que en su casa, aunque duerme solo, viven al menos 20 niños más.

Retener a los primos no fue fácil, estaban alerta de la ubicación de la mujer que los camina, les interesa recibir dinero, una vez lo tienen corren donde ella a entregarlo en una ida y vuelta bien planificada.

Además que están en constante observación, prueba de ello fue que a mitad de la plática llegó un vendedor de chicles que no volvió a moverse del lugar hasta que los niños se retiraron con el dinero.

$!Esta mujer es la encargada de mandar a pedir dinero a un grupo de niños. La cerveza que recogió de un auto la había mandado a traer con una menor, quien por su poca altura no la alcanzó, entonces le tocó a ella moverse por la cerveza.

A parte de los primos de la mujer, andaba una niña de cinco años, igual fue acariciada en algún momento por adultos. Vestía una camiseta y pantalón tipo leggins blanco que subía hasta la cintura, marcando su entrepierna y haciendo que caminara incómoda.

Se movía por todas las partes frontales de las discotecas pidiendo dinero, recogiendo latas, solicitando comida, cualquier cosa que le dieran lo consideraba válido para entregarlo.

$!Los niños deambulaban en plena madrugada por la calle donde hay varias discotecas.

Ya cuando las personas estaban pasadas de copas, al parecer los niños solo estorbaban, los bolos los quitaban despectivamente de sus grupos; cada vez les daban menos dinero, aunque ellos entre el mar de personas no dejaban de pedir como una adicción o, más bien, obligación pactada.

Poco a poco el lugar fue quedando solo, Amandita y su amiga se perdieron desde hace ratos, Axel, Sergio y la otra niña estaban juntos, no se iban aún. Tiempo después comenzaron a caminar hasta perderse en la oscuridad, seguro iban a dormir para estar al día siguiente nuevamente puntales afuera de una discoteca, a la merced de los excesos de los adultos.

$!Alex y Sergio son explotados por adultos todas las madrugadas para pedir dinero.

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