Dos días después de la muerte del multimillonario en la cárcel de Nueva York donde aguardaba un juicio por cargos de tráfico sexual, el secretario de Justicia William Barr advirtió el lunes que “cualquier coconspirador no debería sentirse tranquilo”.
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“Déjenme asegurarles que este caso continuará contra cualquiera que haya sido cómplice”, afirmó Barr en un congreso policial en Nueva Orleans. “Las víctimas merecen justicia, y la obtendrán”.
Es muy probable que las autoridades estén poniendo su atención en el equipo de reclutadores y empleados que, según los reportes policiales, sabían de la inclinación de Jeffrey Epstein por las menores de edad y le preparaban víctimas.
The Associated Press revisó cientos de páginas de reportes policiales, registros del FBI y documentos judiciales que muestran que Epstein se apoyaba en todo un equipo de colaboradores para que le organizaran masajes que derivaban en actos sexuales.
Muerte del multimillonario
Si cualquiera de los asistentes de Epstein esperaba evitar cargos a través de testificar contra él, su suicidio trastocó esa expectativa.“Los que tenían ventaja como cooperadores potenciales (con la justicia) ahora son los blancos primarios”, dijo Jacob S. Frenkel, exfiscal federal. “Ya no tienen a nadie contra el cual cooperar”.
Un posible obstáculo a que se finquen más cargos es el controvertido acuerdo de culpabilidad que Epstein alcanzó hace más de una década en Florida. El acuerdo de no enjuiciamiento no sólo le permitió al financista declararse culpable en 2008 de cargos estatales menores y pasar sólo 13 meses tras las rejas, sino que también protegió de un juicio a varios colaboradores de Epstein que presuntamente recibieron pagos para reclutarle chicas.
Al aplicarle cargos a Epstein el mes pasado, fiscales federales de Nueva York argumentaron que el acuerdo de no enjuiciamiento sólo es vinculante para sus contrapartes en Florida.
Pero Gerald Lefcourt, un abogado que negoció dicho acuerdo, dijo que éste aún debería proteger a cualquier presunto coconspirador de lo que ocurrió entre 2001 y 2007.
“Nunca hubiera firmado el acuerdo ni lo hubiera recomendado a menos que creyéramos que solucionara lo que afirmaba: toda la responsabilidad penal federal y estatal”, dijo Lefcourt el lunes.
En sus reportes, la policía señaló que los asistentes de Epstein trabajaban como un equipo de avanzada para facilitarle sus dos masajes diarios, con frecuencia de chicas de secundaria a las que se les pagaban cientos de dólares por cada “cita”. Sarah Kellen, asistente personal de Epstein, llamaba con anticipación a reclutadores en Florida a donde él planeaba viajar a su mansión de Palm Beach.
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La socialité británica Ghislaine Maxwell, exnovia de Epstein, fue descrita en una demanda de 2017 como la “empleada de mayor rango” en la presunta empresa de tráfico sexual del financista. Ella supervisaba y entrenaba a los reclutadores, desarrollaba planes de reclutamiento y ayudaba a que la policía no se enterara de la actividad.