CIUDAD DE MÉXICO , MÉXICO.- Flor Silvestre, estrella de las películas “¡Viva la soldadera!”,
“Primero soy mexicano” y “Ánimas Trujano (El hombre importante)” e intérprete de canciones mexicanas como “Cielo rojo”, “Imposible olvidarte”, “Pobre corazón” y “Guadalajara”, falleció el miércoles.
La matriarca de una familia de grandes artistas tenía 90 años.
La Asociación Nacional de Actores de México informó el deceso a través de su cuenta de Twitter y envió sus condolencias a sus hijos, los músicos Antonio Aguilar, Pepe Aguilar, Dalia Inés Nieto Jiménez y Marcela Rubiales.
Flor Silvestre llegó a ser una de las cantantes y actrices mexicanas más populares de mediados del siglo XX. Debutó en el cine en “Primero soy mexicano” (1950), una cinta escrita y dirigida por Joaquín Pardavé (quien también actuaba en ella), y apareció también en “El bolero de Raquel” junto a Cantinflas, “Pueblo en armas” y “La cucaracha”, en la que compartió créditos con María Félix.
Su papel más prominente fue en la cinta de 1961 “Ánimas Trujano (El hombre importante)” de Ismael Rodríguez, sobre un apostador y parrandero en un pueblo mexicano, la cual fue nominada al Oscar a la mejor película en lengua extranjera.
En las décadas de 1960 y 1970 actuó en películas con temática de la revolución mexicana como “¡Viva la soldadera!”, “Lauro Puñales” y “Benjamín Argumedo el rebelde”. Llegó a sumar más de 70 créditos en su carrera cinematográfica. Su última película fue “Triste recuerdo” de 1991.
Entre sus éxitos musicales se destacan “Cielo rojo”, “Imposible olvidarte”, “Pobre corazón”, “Que Dios te perdone” y “Guadalajara”. En total grabó más de 150 álbumes.
En una entrevista con The Associated Press en 2015 a propósito del estreno del documental sobre su vida “Su destino fue querer”, lamentó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara que la música ranchera estuviera pasando por una sequía de intérpretes.
“¡Ay! se está acabando la música mexicana, la música ranchera, que ya no le dicen ni canción ranchera, ni canción mexicana, ahora le dicen regional mexicana, y eso no es cierto. Bueno, será regional, del norte, de alguna ciudad del norte, pero no, es la música mexicana, debe ser música mexicana”, expresó.
La artista, cuyo verdadero nombre era Guillermina Jiménez Chabolla, nació el 16 de agosto de 1930 en Salamanca, Guanajuato. Además del nombre artístico por el que fue más conocida (tomado del título de una película de Dolores del Río), también usó el de La Soldadera.
Sus padres cantaban mariachi y ella debutó a los 13 años en el Teatro del Pueblo. Tras esto tuvo actuaciones para la radio y ganó un concurso de la XEW. Durante una actuación en el Teatro Colonial, un promotor le ofreció un contrato para una gira con la que llegó a Centro y Sudamérica. En 1950 regresó a la Ciudad de México, presentándose en el exclusivo club de El Patio.
“Ahí iban todos los días Emilio Azcárraga, Gregorio Wallerstein, que era el zar del cine, y todo el mundo me vio ahí, y me contrataron todos sin yo pedirlo ni nada, todos me llamaban y me llamaban, y así fue como comencé en la XEW', dijo en 2015.
Sus hermanas menores, Queta Jiménez “La Prieta Linda” y Mari Jiménez, siguieron sus pasos en las artes.
Flor Silvestre se casó en tres ocasiones, primero con Andrés Nieto, con quien tuvo a su hija, la cantante Dalia Inés Nieto Jiménez. La segunda fue con el locutor Francisco Rubiales Calvo “Paco Malgesto”, con quien tuvo a su hijo Francisco Rubiales y a la cantante y actriz Marcela Rubiales. Y su tercero en 1959 con el actor y cantante Antonio Aguilar, con quien compartió créditos en diversas películas y tuvo a los cantantes Pepe y Antonio Aguilar.
Su legado se extiende a sus nietos, con algunos dedicados a la música como Angela, Leonardo y Majo Aguilar.
La Asociación Nacional de Actores de México informó el deceso a través de su cuenta de Twitter y envió sus condolencias a sus hijos, los músicos Antonio Aguilar, Pepe Aguilar, Dalia Inés Nieto Jiménez y Marcela Rubiales.
Flor Silvestre llegó a ser una de las cantantes y actrices mexicanas más populares de mediados del siglo XX. Debutó en el cine en “Primero soy mexicano” (1950), una cinta escrita y dirigida por Joaquín Pardavé (quien también actuaba en ella), y apareció también en “El bolero de Raquel” junto a Cantinflas, “Pueblo en armas” y “La cucaracha”, en la que compartió créditos con María Félix.
Su papel más prominente fue en la cinta de 1961 “Ánimas Trujano (El hombre importante)” de Ismael Rodríguez, sobre un apostador y parrandero en un pueblo mexicano, la cual fue nominada al Oscar a la mejor película en lengua extranjera.
En las décadas de 1960 y 1970 actuó en películas con temática de la revolución mexicana como “¡Viva la soldadera!”, “Lauro Puñales” y “Benjamín Argumedo el rebelde”. Llegó a sumar más de 70 créditos en su carrera cinematográfica. Su última película fue “Triste recuerdo” de 1991.
Entre sus éxitos musicales se destacan “Cielo rojo”, “Imposible olvidarte”, “Pobre corazón”, “Que Dios te perdone” y “Guadalajara”. En total grabó más de 150 álbumes.
En una entrevista con The Associated Press en 2015 a propósito del estreno del documental sobre su vida “Su destino fue querer”, lamentó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara que la música ranchera estuviera pasando por una sequía de intérpretes.
“¡Ay! se está acabando la música mexicana, la música ranchera, que ya no le dicen ni canción ranchera, ni canción mexicana, ahora le dicen regional mexicana, y eso no es cierto. Bueno, será regional, del norte, de alguna ciudad del norte, pero no, es la música mexicana, debe ser música mexicana”, expresó.
La artista, cuyo verdadero nombre era Guillermina Jiménez Chabolla, nació el 16 de agosto de 1930 en Salamanca, Guanajuato. Además del nombre artístico por el que fue más conocida (tomado del título de una película de Dolores del Río), también usó el de La Soldadera.
Sus padres cantaban mariachi y ella debutó a los 13 años en el Teatro del Pueblo. Tras esto tuvo actuaciones para la radio y ganó un concurso de la XEW. Durante una actuación en el Teatro Colonial, un promotor le ofreció un contrato para una gira con la que llegó a Centro y Sudamérica. En 1950 regresó a la Ciudad de México, presentándose en el exclusivo club de El Patio.
“Ahí iban todos los días Emilio Azcárraga, Gregorio Wallerstein, que era el zar del cine, y todo el mundo me vio ahí, y me contrataron todos sin yo pedirlo ni nada, todos me llamaban y me llamaban, y así fue como comencé en la XEW', dijo en 2015.
Sus hermanas menores, Queta Jiménez “La Prieta Linda” y Mari Jiménez, siguieron sus pasos en las artes.
Flor Silvestre se casó en tres ocasiones, primero con Andrés Nieto, con quien tuvo a su hija, la cantante Dalia Inés Nieto Jiménez. La segunda fue con el locutor Francisco Rubiales Calvo “Paco Malgesto”, con quien tuvo a su hijo Francisco Rubiales y a la cantante y actriz Marcela Rubiales. Y su tercero en 1959 con el actor y cantante Antonio Aguilar, con quien compartió créditos en diversas películas y tuvo a los cantantes Pepe y Antonio Aguilar.
Su legado se extiende a sus nietos, con algunos dedicados a la música como Angela, Leonardo y Majo Aguilar.