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Betto Barralaga: 'He venido a cambiar el sistema que ha tenido el arte en Honduras”

Ser hijo de un galardonado pintor atrae detonantes, pero ahora hace camino con mérito propio. Puro arte pop

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01.11.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con tan solo 23 años de edad y una sonrisa que irradia una enorme simpatía, “Betto” -como prefiere que le llamen- nos abrió las puertas de su estudio de arte.

Al entrar, se contemplan sus cuadros llenos de colores, una caricatura bien peculiar del afamado “Mickey Mouse” disfrazado de papá pitufo y, a su alrededor, se muestran varios logotipos que reflejan varias causas sociales que han mantenido los hondureños. Puro arte pop, precisa.

Su inclinación por el arte inició a los 5 años bajo la tutela de su padre, pero fue hasta los 14 cuando decidió meterse de lleno en el ámbito artístico y participa en el concurso “Mil imagen y palabras”.

Aunque no pudo figurar entre los primeros lugares, tuvo una mención honorifica, siendo esta el primer impulso en su carrera.

Sin embargo, no todo fue color de rosa para Betto. Cuando decide incursionar en la Escuela Nacional de Bellas Artes, el trago amargo se hace presente y el recelo lleno de críticas comienza a llegar. Ser hijo de un galardonado pintor atrae detonantes.

“Tenía esa incomodidad porque decían que jamás iba a superar a mi papá, que lo que yo hacía no servía, entonces, decidí retirarme de bellas artes pero siempre continué con mi carrera”, detalló.

Foto: El Heraldo

'Betto' es el artífice de arte pop en el que plasma las luchas sociales de los hondureños. Foto David Romero| EL HERALDO
Aunque estuvo expuesto a hostilidades, su pasión por el arte fue mayor. Inició trabajando en un call center, pero el impulso de perseguir lo que realmente se desea estuvo por encima y es ahí cuando decide dejarlo todo y seguir sus anhelos.

“Yo trabajaba en un call center, cuando hablaba por teléfono siempre estaba dibujando y un día hubo un festival y me invitaron a hacer un mural y yo dije 'voy a ir', renuncié al trabajo y me fui a pintar el mural”, exclamó.

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Al momento de hablar sobre sus obras, Betto inclinó su silla, sonrió y empezó a inspeccionarlas para detallar lo que representa el estilo y la técnica por la que se ha decantado. Es un aspecto diferente y jovial pero con tintes muy representativos que con solo ver la imagen ya dice muchas palabras.

“Es muy difícil estar con este estilo porque no es tan reconocido, la gente cree que es fácil y no le dan mucha importancia porque prefieren lo figurativo, por eso he venido a cambiar ese sistema que ha tenido el arte en Honduras”, resaltó.

Mientras veíamos la pintura, le pregunté por el logotipo “No quiero ser violada”. En ese momento Betto empieza a recordar una anécdota que vivió en La Ceiba. Tomó su celular y me mostró un mural que pintó junto a uno de sus amigos en homenaje a Alejandra, víctima de un ultraje en dicha ciudad. Con su cara de descontento menciona que el mural solo pudo durar dos meses.

“Fue bien fuerte porque no hay que tapar el solo con un dedo, es imposible, son cosas que pasan y creo que me veo en la obligación de mostrarlo a través del arte. Lo quebraron o le pusieron una ventana de vidrio o solo lo borraron, fue como que les estorbó. El único mural que borraron fue ese por el mensaje social que tenía”, destacó.

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Por otra parte y en medio de una crisis sanitaria, el joven y visionario pintor no solo quiere mantener su arte en finos lienzos. La expansión va más allá de ello y aunque va a paso lento, el proyecto de crear su propia línea de moda ya casi es una realidad.

“Quiero abrir una tienda con mi estilo y arte en camisas, chaquetas, tenis y cosas así, tengo el material pero no he empezado, quiero que la gente lo quiera porque es exclusivo. Actualmente estoy colaborando con una tienda de tenis de Tegucigalpa”, reveló.

Betto ha demostrado que como artista se tiene el deber de brindar apoyo a la sociedad, su asociación con la Fundación para el Niño con Cáncer es un claro ejemplo del compromiso social al colaborar con la fabricación de mascarillas con sus diseños tan llamativos, además de un taller de pintura para los niños.

En la plática de repente interviene su padre, que en todo momento estuvo presente. De progenitor a hijo hay mucho respeto y admiración. Rossel Barralaga padre comentó que Betto ha crecido por mérito propio.

“Hay muchos que se confunden con él, porque lo ven con este estilo caricaturesco pero es un dibujo que requiere técnica, mucha entrega y mucho conocimiento', describió.

Rossel Barralaga, padre de Betto. Foto David Romero| EL HERALDO

Rossel Barralaga, padre de Betto. Foto David Romero| EL HERALDO
'Esa composición y el valor que tiene de proponer no es cualquiera que lo hace. Enfrentarse con críticas como ¿dónde está el dinero? y ponerlo en su lienzo es de tener mucho valor y pocos artistas nos atrevemos a ser bastante críticos en nuestra pintura”, aseguró el célebre artista.

Las risas se escuchan por todo el estudio y ambas generaciones se ven mientras mencionan que uno de sus principales sueños es poder viajar, exponer juntos y tomarse fotografías en cada viaje. Ambos lo piensan y para cerrar se ponen de pie, sonríen y el flash termina retratando a padre e hijo al lado de los tres lienzos.