TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Pasadas las diez de la noche, el cronómetro marcó el segundo cero, y Matute, con su energía característica, abrió el telón de un espectáculo que transportó a los presentes a la época dorada de los ochenta.
El Party Monster Tour hizo vibrar el polideportivo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) con más de 70 covers presentados en un formato de medley que no dejó indiferente a nadie.
Desde los primeros acordes de Celebration de Kool & the Gang, seguida de “Provócame” de Chayanne, la banda evocó recuerdos, gozo y un sinfín de sensaciones en los fanáticos, quienes saltaban, gritaban y coreaban los éxitos más famosos de esa década en un espectáculo que se desplegó a lo largo de tres horas ininterrumpidas.
El viaje continuó con un popurrí que abarcó desde “La puerta de Alcalá”, “Las curvas de esa chica”, “Devuélveme a mi chica” hasta “Ni tú ni nadie”, coreadas con euforia.
“Yo soy Tana, nosotros somos Matute y básicamente nos costó 18 años de trabajar sin parar para que por fin Dios nos cumpliera el sueño de llegar a este maravilloso lugar”, expresó Tana, la única mujer de la banda, ante un público con ganas de corear más éxitos.
Para ese momento, los ánimos estaban a viva piel, y el aforo, entregado por completo a la experiencia, se preparó para un torbellino de sensaciones que alcanzó su clímax con “La Matutera” fusionada con Stayin’ Alive.
“La única manera que se nos ocurre para devolverles el cariño es aplicar esta noche, la que en nuestro país se conoce como Vicente Fernández: mientras ustedes aplaudan nosotros vamos a seguir cantando”, prometió la artista del grupo que conforma junto a Jorge, “Nacho”, “Pepe”, Irving y “Paco”.
Canciones emblemáticas como “Llámame si me necesitas”, “Cuando seas grande”, “Lamento boliviano”, “Cuando pase el temblor” y “Martha tiene un marcapasos” retumbaron en el recinto.
La segunda parte del show no bajó la intensidad, con un medley de cumbias que comenzó con una versión más caribeña de Sweat, seguido por “Que no quede huella”, “Mil horas”, “La negra Tomasa”, y la inolvidable Live is Life de Opus.
La noche continuó con éxitos como “La maldita primavera”, “Tengo mucho que aprender de ti”, “De mí enamórate”, “Toda la vida”, “He venido a pedirte perdón”, “A quién le importa”, “Culpable o no”, “Lo pasado pasado” y “Yo te pido amor”.
No obstante, el broche de oro llegó con “Tú y yo somos uno mismo”, “Claridad”, “El ataque de las chicas cocodrilo”, “No voy en tren”, “Viviendo de noche”, “En algún lugar”, “Visité nuestro bar”, “Persiana americana” y “La bilirrubina”.
Para finalmente cerrar con “Fiesta en América” bajo la promesa de volver. El tour continúa por otras ciudades del continente y pronto cruzará el Atlántico, llevando con ellos el legado de la década de los ochenta porque “cuando suenen los ochenta, Matute está en la casa”.
