SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- El ritmo y pasión de
Alfonso Flores por la punta, que hizo bailar a cientos de hondureños con su orquesta
Los Gatos Bravos, se recuerda hoy más que nunca tras su partida física de esta tierra.
Estaba por cumplir 92 años y siempre escuchando música, el artista hondureño partió este miércoles hacia los brazos del Señor tras haber dejado un legado de talento.
Sus hijos Alfonso y Norman, que también heredaron ese oído por la música, dieron a conocer la triste noticia del fallecimiento de su progenitor tras luchar por algún tiempo con una enfermedad cardíaca.
Debido a la pandemia del coronavirus no se le pondrá rendir honor al hombre que popularizó internacionalmente al ritmo punta, por lo que su cuerpo será enterrado este miércoles en el cementerio Jardines del Recuerdo de la ciudad de San Pedro Sula, donde residió la mayor parte de su vida.
Tenía 10 años cuando comenzó a tocar la marimba junto a las comunidades garífunas, tiempo después conoció el saxofón, el instrumento que sería su mejor arma.
Después se mudó a San Pedro Sula, tierra en a que viviría hasta el día de su muerte, donde tuvo la oportunidad de ingresar a una de las grandes orquestas de Honduras.
Tiempo después fundo la orquesta de Los Gatos Bravos con lo que logró hacer conocer su música a nivel internacional.
Fue en 1984 que grabó el primer disco de Los Gatos Bravos en la ciudad de Los Ángeles en Estados Unidos. Luego decidió crear su propio estudio de grabación.
Estaba por cumplir 92 años y siempre escuchando música, el artista hondureño partió este miércoles hacia los brazos del Señor tras haber dejado un legado de talento.
Sus hijos Alfonso y Norman, que también heredaron ese oído por la música, dieron a conocer la triste noticia del fallecimiento de su progenitor tras luchar por algún tiempo con una enfermedad cardíaca.
Debido a la pandemia del coronavirus no se le pondrá rendir honor al hombre que popularizó internacionalmente al ritmo punta, por lo que su cuerpo será enterrado este miércoles en el cementerio Jardines del Recuerdo de la ciudad de San Pedro Sula, donde residió la mayor parte de su vida.
Inicios en la música
Fonchín, como también era conocido, nació en La Ceiba en 1928 donde inició su pasión por la música.Tenía 10 años cuando comenzó a tocar la marimba junto a las comunidades garífunas, tiempo después conoció el saxofón, el instrumento que sería su mejor arma.
Después se mudó a San Pedro Sula, tierra en a que viviría hasta el día de su muerte, donde tuvo la oportunidad de ingresar a una de las grandes orquestas de Honduras.
Tiempo después fundo la orquesta de Los Gatos Bravos con lo que logró hacer conocer su música a nivel internacional.
Fue en 1984 que grabó el primer disco de Los Gatos Bravos en la ciudad de Los Ángeles en Estados Unidos. Luego decidió crear su propio estudio de grabación.
El tema Sambunango teleño es uno de los temas que lanzó a la fama a la agrupación hondureña.