Tegucigalpa, Honduras.- Chayanne es un vendaval de vitalidad. Irradia magnetismo. Además, tiene la enorme virtud de demostrar poderío desde la cercanía, sin darse aires de grandeza. Ayer, en el estadio “Chochi” Sosa de Tegucigalpa, exhibió todo su caudal artístico al surgir casi como una deidad de proporciones humanas que dominó al aforo.
Fue al ritmo de los tambores iniciales de “Bailemos otra vez”, con los que sacudió el estadio nada más salir, el primer peso pesado de un repertorio rebosante de himnos escuchados y coreados a lo largo de su dilatada trayectoria.
Así, la capital hondureña tuvo el privilegio de acoger el concierto número 62 del boricua dentro de su gira “Bailemos otra vez”. Ante un público enfervorecido —repleto de hijas, madres y hasta abuelas—, Chayanne arrasó en Tegucigalpa. Los asistentes disfrutaron hasta la extenuación de los sinuosos movimientos, cargados de sensualidad y picardía, del puertorriqueño de 56 años.
Desde el minuto uno, Chayanne mostró sus bazas, que no son otras que la plena conciencia de su irresistible carisma, el cual se desplegaba sobre el escenario acompañado de un look pretendidamente juvenil. No estaba solo en sus bailes: ocho bailarines lo rodeaban, realizando coreografías explosivas que hacían alarde de la esencia de la latinidad.

El magnetismo del boricua
En poco más de dos horas de actuación, Chayanne apeló a su amalgama inverosímil de pop latino y baladas románticas melódicas con ritmos caribeños y sonidos contemporáneos.
La peculiaridad con la que hace magistralmente suyas esas melodías cuyos registros otros sueñan en alcanzar, termina por reafirmar su vigencia y frescura. Y es que como un buen vino, los años solo le añejan; el corazón de su legión de leales fans sigue palpitando colectivamente con cada paso de baile, justamente como hace casi cuarenta años "Fiesta en América" o "Este Ritmo se Baila así" sentaban un fenómeno cultural inédito en toda Latinoamérica.
Un mensaje cálido para el público hondureño
"Mi gente bonita, qué placer estar aquí, Honduras... tantos años, qué especial. De verdad que estamos súper felices. Quiero darles la bienvenida y agradecerles por venir a compartir con nosotros. Yo también los amo. Y todo esto que ven aquí, mi gente, se ha hecho con amor, con cariño, con entusiasmo para todos ustedes. Y así como siempre digo: esta noche ustedes mandan y yo obedezco", dijo en su primera intervención con el público.

Tras ello le siguieron sus ya himnos como “Cuidarte el alma”, “Atado a tu amor” y “Centro de mi corazón.
Cuando Chayanne movía las caderas, todo el Chochi Sosa a reventar estallaba en gritos, sin distinción de géneros. Aunque, en rigor, cabe mencionar que el polifacético artista boricua congregó anoche a una audiencia mayoritariamente femenina, a la que sedujo desde el minuto uno de concierto.
No en vano, es uno de los artistas latinos contemporáneos más reconocidos a nivel mundial. Anoche dejó sobradamente claro que es un artista en plena madurez, completísimo, con un dominio abrumador de la escena, tremendamente comunicativo y enérgico, cautivando por su complicidad con los fans.
Reviviendo su conexión con Honduras
Chayanne aprovechó su regreso a tierras catrachas y evocó los recuerdos "más entrañables" de su relación con Honduras. Con una sonrisa llena de nostalgia, afirmó: “Son tantos los recuerdos, muchos aquí en esta tierra tan bonita. Vengo aquí desde que tenía 10 años, era un chico, ¿se acuerdan? Y sigo siéndolo.”
Con un toque de humor, bromeó sobre el paso del tiempo: “Empecé en los escenarios a los 10 años y ya han pasado 25... bromeo, 30... la edad no importa, mi gente, es lo que uno lleva en el corazón, en el espíritu, y en la mente, ¿verdad?" Esta reflexión, que equilibró el tono jocoso, resonó en el público. “Yo a todos ustedes los veo de 15 años", agregó con una calidez sincera.

En un instante aún más emotivo, el cantante subrayó la trascendencia de su retorno, enfatizando el places de compartir su música: “Es un placer enorme poder estar aquí, poder cantar esas canciones con ustedes. Ver que las cantan, de los discos anteriores, son tantos discos, muchos años, muchas canciones...”
Un cierre explosivo con "Torero" y pirotecnia
Desde el explosivo inicio, la cascada de éxitos mundiales del cantante fue constante. Un hit detrás de otro, sin tregua, casi sin respiro: “Tiempo de vals", "Y tú te vas", "Provócame" o "Lo dejaría todo", y algunos de sus últimos trabajos como "Bailando Bachata".
La amplitud de su repertorio muestra lo versátil que es como intérprete, siempre adaptando sus temas a las diferentes corrientes de cada época en su dilatada carrera y, en muchos casos, siendo un precursor entre los artistas de habla hispana. Su inconfundible sonrisa y lo genuino del aura que proyecta tan positivamente lo solidifican como uno de los cantantes más queridos, admirados y respetados de la industria.
La última en sonar fue "Torero", un tema que no se quedó atrás en cuanto a intensidad, cerrando con broche de oro un espectáculo de altísimo nivel. A esta explosión musical le siguió un impresionante show de pirotecnia que se prolongó durante unos minutos.