Aunque sus portavoces han subestimado el alcance del acuerdo entre Xiomara Castro y Salvador Nasralla, otros dirigentes aceptan que el escenario en esta ocasión es distinto.
Si bien a esta misma alianza el Partido Nacional la derrotó en las elecciones de 2017, en esta ocasión el partido en el poder acumula 12 años dirigiendo el país, lo que le ha generado un natural desgaste.
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“Si el Partido Nacional no cambia aceleradamente su estrategia de campaña, las posibilidades de ganar las próximas elecciones generales se le alejan muy peligrosamente”, afirmó el analista Raúl Pineda.
Su pensamiento fue compartido por la exrectora universitaria Julieta Castellanos. “Sin lugar a dudas es un paso que debe preocupar al partido de gobierno”, afirmó la socióloga.
Sin embargo, dijo que le gustaría conocer “con claridad cuáles son los ejes de esta alianza porque de ahí depende que otros (sectores) puedan unirse o no”.
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“Creo”, añadió, “que es un paso que ha sido trabajado de manera consciente y consecuente”.
Otros observadores consideran que los escándalos de corrupción, narcotráfico y últimamente de nepotismo pueden inclinar al elector independiente a negarle el voto a Nasry Asfura, quien, pese a su popularidad, sería el sacrificado.
El portavoz del Partido Nacional, Kilveth Anduray, dijo que “sorpresas no existen, temor mucho menos, el Partido Nacional está listo para ganar las elecciones”. Cuando la oposición se une para intentar hacer competencia manda un mensaje; su debilidad estructural es enorme, dijo.
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