TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Xiomara Castro ha hecho historia al ser la primera mujer en convertirse en presidenta de Honduras. Su figura, de extremo a extremo, ha sido elevada a ícono, y eso -por supuesto, sin reducir el valor de una mujer en la política a lo que usa para vestir- abarca su definida estética.
Los trajes de pantalón, discreta joyería, los blazers, los jeans ajustados y los sombreros de ala mediana o ancha transmiten un mensaje propio: su estilo está pensado para desempeñar un papel sólido, rendido al valor de la sobriedad y coherencia. Una peculiaridad que, en esencia, ha ido forjando esa sensación de cercanía. Y más allá del característico rojo y negro -propios del Partido Libertad y Refundación ( Libre)-, los colores neutros, como el gris, blanco, cremas suaves o azul oscuro, son los predilectos de Castro, de 62 años.
Los zapatos de tacón grueso, clásicos y elegantes, a juego siempre con el traje, son su elección más recurrente.
En su papel protocolar de primera dama, la conjugación de color y estampados eran seña habitual de Castro. Foto: El Heraldo Pero Castro ha ido adaptando su imagen a las exigencias de su cargo. Cuando ejerció como primera dama de Honduras, hace 15 años, descollaba con “un estilo creativo, predominante, con ciertos estampados y una gama más amplia de colores”, apunta
Ofelia Murillo, consultora de imagen especializada en colorimetría e imagen política.
“Su cabello siempre recogido inspiraba profesionalismo y practicidad, pero al mismo tiempo elegancia y una imagen más cuidada sin tantas complicaciones”, añade Murrillo.
Pero con su salida del papel protocolar llegó también su cambio de estilo. Se diría que rehuye de la condena femenina de tener que elegir combinaciones, colores y medias, para acoplarse más a un estilo político neutro, ya redefinido por figuras predominantes, como Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, y Angela Merkel, excanciller de Alemania.
En escasas ocasiones se la ha visto decantarse por vestidos. Pero los colores neutros son los de su predilección. Foto: El Heraldo
Castro ha desarrollado una estética inconfundible, cuya predominancia de tejido recae en seda y lino. “Su imagen personal y política está acuñada por una vestimenta coherente acorde con su estilo elegante. Incorpora piezas como blazers, que aportan una imagen más profesional, de autoridad y formalidad. Además, piezas en seda y accesorios en perlas. En algunas ocasiones se decanta por calzado en punta, que ayuda a estilizar su figura”, enfatiza Murillo.
En cuanto a su maquillaje y peinado, Castro también es clásica y elegante. De acuerdo con Murillo, al ser una mujer en política, se enfoca más en pulir los detalles de su desempeño que caer en estereotipos. “Se le ve con un maquillaje moderado, pero con algo de intensidad en sus labios al usar el rojo. En imagen personal se llama a crear un punto focal y lo refuerza con el uso de sombrero”, dijo. De ahí que sea poco probable verla con un estilo muy diferente en cuanto asuma la presidencia de Honduras en enero de 2022.
En sus años en la escena política, sus estilismos han transmitido elegancia con sencillez, sin ostentar. Foto: El Heraldo
Los trajes de pantalón, discreta joyería, los blazers, los jeans ajustados y los sombreros de ala mediana o ancha transmiten un mensaje propio: su estilo está pensado para desempeñar un papel sólido, rendido al valor de la sobriedad y coherencia. Una peculiaridad que, en esencia, ha ido forjando esa sensación de cercanía. Y más allá del característico rojo y negro -propios del Partido Libertad y Refundación ( Libre)-, los colores neutros, como el gris, blanco, cremas suaves o azul oscuro, son los predilectos de Castro, de 62 años.
Los zapatos de tacón grueso, clásicos y elegantes, a juego siempre con el traje, son su elección más recurrente.
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“Su cabello siempre recogido inspiraba profesionalismo y practicidad, pero al mismo tiempo elegancia y una imagen más cuidada sin tantas complicaciones”, añade Murrillo.
Pero con su salida del papel protocolar llegó también su cambio de estilo. Se diría que rehuye de la condena femenina de tener que elegir combinaciones, colores y medias, para acoplarse más a un estilo político neutro, ya redefinido por figuras predominantes, como Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, y Angela Merkel, excanciller de Alemania.
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Castro ha desarrollado una estética inconfundible, cuya predominancia de tejido recae en seda y lino. “Su imagen personal y política está acuñada por una vestimenta coherente acorde con su estilo elegante. Incorpora piezas como blazers, que aportan una imagen más profesional, de autoridad y formalidad. Además, piezas en seda y accesorios en perlas. En algunas ocasiones se decanta por calzado en punta, que ayuda a estilizar su figura”, enfatiza Murillo.
En cuanto a su maquillaje y peinado, Castro también es clásica y elegante. De acuerdo con Murillo, al ser una mujer en política, se enfoca más en pulir los detalles de su desempeño que caer en estereotipos. “Se le ve con un maquillaje moderado, pero con algo de intensidad en sus labios al usar el rojo. En imagen personal se llama a crear un punto focal y lo refuerza con el uso de sombrero”, dijo. De ahí que sea poco probable verla con un estilo muy diferente en cuanto asuma la presidencia de Honduras en enero de 2022.
“Analizando su estilo, predominancia a lo largo de los años, para una investidura dudo que opte por un vestido. Podría decantarse por un traje sastre elegante en falda o pantalón. Quizá al estilo Kamala Harris, en tono blanco, rojo o azul turquesa”, concluye.
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