Usando tácticas de contrabando de principios del siglo XX, un barco de Corea del Norte fue decomisado en Panamá cuando intentaba cruzar el canal interoceánico con un cargamento de armas desvencijadas de Cuba, las cuales estaban ocultas bajo un cargamento de azúcar, apiladas con el antiquísimo sistema de hombres.
Las armas, desde aviones a misiles, fueron decomisadas, mientras la tripulación fue liberada para su regreso al país comunista más aislado.