Tegucigalpa, Honduras
Su ilusión era equipar lo mejor posible el taller donde se ganaba el sustento de su familia.
Gustavo Adolfo Espinal, de 37 años de edad, viajó el domingo desde Danlí, El Paraíso, hacia San Pedro Sula, con el objetivo de comprar un torno industrial y herramientas para equipar el taller que con mucho esfuerzo logró constituir. La mañana de ayer regresaba ilusionado, pero cuando circulaba en su vehículo pick-up por Amarateca, sufrió un accidente automovilístico.
Cuando estaba en la orilla de la calle llamó a su casa en Danlí, donde le contestó la empleada, a quien le dijo que se había accidentado, pero que estaba bien.
Lo trágico fue que a pocos minutos de haberse comunicado con su familia un microbús lo arrastró y le quitó la vida al instante.
Además del oficio como tornero, a Gustavo Adolfo Espinal le gustaba montar a caballo y era padre de cuatro hijos que procreó con Rosely Sosa