TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El cardenal Óscar Andrés Rodríguez mencionó este Jueves Santo que está cerca de dejar su cargo como Arzobispo de Tegucigalpa, durante la Misa Crismal celebrada esta mañana en la Basílica de Suyapa.
Durante su homilía a la feligresía, el líder religioso de la Iglesia Católica anunció que esta era su última misa crismal presidida como Arzobispo de Tegucigalpa, pidiendo perdón a los fieles que lo acompañaban durante la eucaristía.
FOTOS: Cardenal Rodríguez anuncia su jubilación en Misa Crismal del Jueves Santo
“Es la última misa crismal que presido como Arzobispo de Tegucigalpa, yo quiero pedirles perdón si por mis límites no he sabido responder a lo que tienen derecho a esperar de su obispo”, manifestó el cardenal.
El anuncio del líder religioso obedece a que “al cumplir sus 75, así como todos los obispos, debe interponer su renuncia. Depende del Papa si la acepta o no. En el caso de nuestro Arzobispo, el Santo Padre le manifestó que se quedará hasta los 80 años”, aclaró el Padre Juan Ángel López, portavoz de la Arquidiócesis de Tegucigalpa.
En ese sentido, el Cardenal Rodríguez que en diciembre arriba a los 80 años, para la próxima Semana Mayor ya no ostentará el cargo de Arzobispo de Tegucigalpa y a eso se refirió en su mensaje.
En la misa de este día, Rodríguez añadió: “La vida de un sacerdote no es un trabajo según la mentalidad del mundo, es una vida en la que hemos sabido bendecir, acompañar, consolar y comprender sin poner tarifa a nuestra entrega y pretender bienes interesados según el capricho de un catálogo”.
“Según van pasando los años y quizás con algunos meses de sacerdocio, esta llamada gratuita y este amor vocacional de parte de Dios deja de conmovernos, no suscita el agradecimiento y no nos mueve al servicio, entonces surge lo mundano”, agregó.
Para culminar con su reflexión, Rodríguez consideró que la vida sacerdotal es “probada muchas veces por la enfermedad que disminuye y que envejece”.
“Es una vida que sabe también de desgaste, muchas veces en soledad, de incomprensión, de debilidades, errores y a veces callejones sin salida. Una vida que es probada muchas veces por la enfermedad que disminuye y envejece. Pero una vida que no cambia la entrega, de traición al amor que se afana por Dios y por los hermanos”, consideró.
Asimismo enfatizó que “si hay tristeza, resentimiento, insidia en nosotros y entre nosotros, no podemos hablar de amistad con Cristo ni entre nosotros sino tan solo de torpeza que no nos hace felices ni contribuye a la felicidad de los demás. Somos custodios de la alegría de nuestros hermanos como el Señor nos ha llamado a custodiar la nuestra”.
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Trayectoria religiosa
A sus 79 años de edad, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez ha dedicado su vida al servicio de la Iglesia Católica.
El hijo del matrimonio entre Andrés Rodríguez y Raquel Maradiaga en 1970 fue designado como asistente del arzobispo de Tegucigalpa y entre los años 1975 y 1978 ejerció el cargo de decano de la Facultad de Teología de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, hasta que recibió el nombramiento como obispo en 1978.
Posteriormente, en 1981 fue nombrado como Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán y fue en enero de 1993 que fue nombrado como arzobispo de Tegucigalpa.
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