Aunque en temas de fútbol no somos eruditos, no existe duda de que muchos, entre empresarios y ciertos cronistas deportivos, posiblemente estuvieron engañados o fueron demasiado soñadores con la clasificación de la bicolor hondureña al campeonato de Rusia 2018. De “mundial” fue la decepción nacional.
Creemos que el optimismo está ligado con la realidad en todos los aspectos de la vida, pero el enfermizo fanatismo nos ciega aún más cuando hablamos de mundiales de fútbol. La Federación Nacional de Fútbol de Honduras (Fenafuth) contrató a José Luis Pinto.
Lo ideó de lo mejor, obviando a los extécnicos Reinaldo Rueda y Luis Fernando Suárez.
La Fenafuth, según la prensa local, concedió a Pinto todos sus caprichos a sabiendas que sus formaciones no eran ideales para enfrentar a sus rivales de la hexagonal. Dirigió doce partidos (con todo y repechaje), de los cuales ganó apenas tres, empató cinco, perdió cuatro, sus jugadores anotaron 14 goles y recibieron 22. ¡Números reales!
No culpamos de todo el fracaso al seleccionado al colombiano pues al final a buen grupo de sus alumnos jamás lo vimos comprometido por obtener el pase al mundial, mientras cabezas de la Fenafuth, ciertos financieros y cronistas de “renombre” vendieron un plantel como “espectacular”.
Echaron la culpa a todo con tal de acaramelar a la afición.
La bicolor perdió toda opción al no ganar y empatar partidos cruciales. De local, el 7 de octubre pasado frente a su similar de Costa Rica, en el ocaso del choque, una falla garrafal en la defensa permitió al tico Kendall Waston empatar con un soberbio cabezazo. Empero, los cronistas siguieron haciendo números.
Pese a vencer a México el resto de rivales triunfó, dejó el pellejo en la cancha. Los narradores catrachos sacaron de nuevo las calculadoras con la paja de que en el repechaje rematarían a Australia. Todo salió al revés, los australianos nos igualaron en el Olímpico, nos borraron y adiós mundial.
Con un jugoso salario Pinto salió aplazado con un 37 por ciento. Rueda y Suárez fueron mundialistas con 32 goles y 25, respectivamente. No más burlas.
