CATACAMAS, HONDURAS. -Aparte del hacinamiento, falta de mobiliario y aulas en la Universidad Nacional de Agricultura (UNA) de Catacamas, Olancho, existe maltrato y hasta burla en contra de los estudiantes.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO tuvo acceso a una serie de denuncias hechas a mano por los estudiantes, mismas que están firmadas, con nombre y apellido. En la resolución 13-02-2017 de fecha 3 de febrero del 2017, la Comisión Interventora de la UNA resolvió suspender a los supervisores disciplinarios.
“Temporalmente ejercerá esa función un equipo de docentes voluntarios, instruido para ello”, reza el segundo punto de la resolución.
La misma Comisión Interventora dijo a EL HERALDO que han tenido problemas con actos disciplinarios, pero trabajan en corregirlos. Las autoridades han detectado el ingreso de drogas, alcohol y siempre hay casos de estudiantes embarazadas en el interior del complejo universitario.
Andrés Felipe Díaz, coordinador de la Comisión Interventora, afirmó que están trabajando para resolver estos problemas con algunas reglas impuestas. Ahora es prohibido que los estudiantes no porten su uniforme y la camisa debe ser por dentro del pantalón.
El alumno que se quede en tres clases, automáticamente queda fuera de la UNA y si un joven se introduce en los albergues de las muchachas es una falta grave, igual pasa si ellas entran donde los varones.
Tratos
Pero la población estudiantil también se ha quejado debido a los malos tratos y porque no reciben respuesta de las autoridades que fueron nombradas para escucharlos.
Una fuente de la UNA que prefirió el anonimato aseguró que el personal que fue nombrado para atender a los estudiantes no hace su trabajo, muchas veces ignoran las denuncias y no supervisan como debe ser la conducta de los muchachos.
Quieren imponen un sistema tipo batallón y a pesar que existe una concentración que supera los 2,900 estudiantes, en el complejo no existen áreas recreativas, más que dos canchas de futbol y una de baloncesto. Los estudiantes pasan bajo estrés y se aglutinan hasta 70 alumnos por aulas al momento de recibir las clases.
Tampoco existe una ambulancia para atenderlos en caso de una emergencia, para el caso, recientemente un joven se cortó la mano con un machete y hasta el siguiente día fue llevado a un centro asistencial para que le hicieran una cirugía, según conoció EL HERALDO.
Pero las quejas van más allá y fueron puestas a la Dirección Académica del Sistema de Vida Estudiantil (DASVE), sin embargo, no recibían ninguna respuesta.
Una de las tantas denuncias, en poder de la Unidad Investigativa de EL HERALDO, revela que en agosto anterior un estudiante se quejó que llegó a la oficina de la comisionada Norma Martín de Reyes para pedirle que le ayudara a prorrogar la deuda del pago de las matrículas.
El estudiante le expuso que su padre solo gana 2,500 lempiras mensuales y quería hacer una arreglo de pago.
“Después de esperar una hora para que ella me regalara tres minutos, me respondió que aunque sea pagara dos centavos, para demostrar el interés de cancelar”, afirma la denuncia.
Las quejas con el personal de la clínica, tanto para el doctor como para las enfermeras, son numerosos, pues el médico, según las mismas denuncias, los atiende cuando quiere y algunas enfermeras denigran a las muchachas.
Otra denuncia indica que una estudiante fue a pedir que le cambiaran de ubicación en el camarote donde duerme debido que no puede estar en la parte de arriba porque padece de dolores en sus extremidades.
Ante esto, el encargado de la DASVE le contestó que “por momentos no sabía si estaba en la UNA o en la Teletón con tanta gente con problemas físicos”, afirma la denuncia.
Personal de la UNA aseguró que los estudiantes no tienen voz y lo mejor es que haya personal de derechos humanos externo para que los atienda.