Honduras

Derroche de civismo en fiestas de independencia de Honduras

Los estudiantes de los centros educativos de la capital y de todo el país pusieron en alto los valores patrios con emotivas presentaciones
16.09.2024

Tegucigalpa, Honduras.- Los alumnos y maestros de los centros educativos de toda Honduras mostraron que el amor a la Patria nunca muere, cada vez se hace más grande cuando llega el 15 de septiembre.

Después de varios meses de practicar para marchar y motivados por tener una nación independiente, los estudiantes salieron a dar lo mejor de sí y celebrar los 203 años de independencia de Centroamérica, registrada en 1821.

En Tegucigalpa, al menos 73 colegios desfilaron a lo largo del bulevar Suyapa hasta llegar al corazón del Estadio Nacional José de la Paz Herrera, donde saludaron a las máximas autoridades del país.

Desde las 4:00 de la mañana, los accesos al coloso capitalinos fueron cerrados por agentes de la Policía Nacional y efectivos de las Fuerzas Armadas (FF AA), quienes con varios pelotones rodearon todo el perímetro con sus anillos de seguridad.

Grito

La mañana, que al principio se tornaba fresca, despertó con el estallido de los primeros 7 de los 21 cañonazos que siempre disparan las FF AA desde el cerro Juana Laínez.

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A las 6:00 de la mañana, las sagradas notas del Himno Nacional hicieron vibrar el corazón de los catrachos y desde el monumento al héroe nacional Francisco Morazán, en la Plaza Central de Tegucigalpa, el alcalde capitalino Jorge Aldana leyó el Acta de Independencia.

Acto seguido, la presidenta Xiomara Castro, quien llegó ataviada con un elegante traje azul turquesa, gritó: “¡Viva Honduras! ¡Viva Centroamérica! ¡Viva la independencia!”.

Castro llegó a la inauguración de las fiestas patrias acompañada de su hijo, el secretario privado Héctor Zelaya. También asistió la secretaria de Defensa, Rixi Moncada; el canciller Eduardo Enrique Reina; el secretario de Educación, Daniel Sponda, y otras personalidades.

El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro y la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Rebeca Obando.

Al evento no faltó el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, ni la titular de la Corte Suprema de Justicia, Rebeca Ráquel Obando.

A esa misma hora, en los alrededores del Estadio Nacional, comenzaron a llegar los simpatizantes del Partido Libertad y Refundación (Libre), quienes afirmaron que atendieron el llamado de sus líderes en apoyo a la presidenta Castro.

Muchos llegaron con camisetas color rojo y negro, con insignias de Libre y mensajes como “Prohibido olvidar que somos resistencia”.

También metieron pancartas que fueron desplegadas en las graderías, advirtiendo que “Xiomara no está sola”.

Hasta con mantas ingresaron los simpatizantes de Libre al estadio.

El ministro de Educación resaltó que en los 298 municipios del país hubo actividades de celebración de los 203 años de independencia del yugo español.

Informó que tuvo reportes desde Gracias a Dios (al nororiente) hasta Ocotepeque (al noroccidente), así como en San Pedro Sula y las principales ciudades del país, de los jóvenes que llegaron a honrar a la patria.

Los desfiles

Luego que avanzara la escolta de banderas de la Academia Nacional de Policía (Anapo) y las autoridades de la Secretaría de Educación, comenzó a brillar el talento y el amor por Honduras en las calles del bulevar Suyapa.

A las 6:40 de la mañana, los alumnos del Instituto Psicopedagógico Juana Leclerc abrieron los desfiles. Ellos son niños con capacidades especiales, que se robaron el corazón de los presentes.

Instituto Psicopedagógico Juana Leclerc.

Las bandas marciales y de guerra agregaron el sabor con canciones al ritmo de merengue, punta y otros géneros latinos, incitando a bailar a muchos asistentes.

Al son de la música danzaban las atractivas y carismáticas palillonas, quienes movían el bastón en consonancia con sus caderas.

Las pomponeras no se quedaron atrás y mostraron sus mejores destrezas, con tiernas sonrisas que se robaron constantes aplausos.

“Este mensaje pone incómodo a un pequeño grupo”: Las frases de Xiomara Castro en los desfiles

Los pelotones, algunos dirigidos por jovencitas, también dieron muestras de patriotismo, junto a los cuadros culturales que representaron las etnias de Honduras y la identidad nacional.

El cuadro del Instituto Central Vicente Cáceres, uno de los más esperados y el número 10 en la lista, sufrió un breve retraso debido a que el bus donde se transportaban las palillonas se accidentó, pero lograron llegar sanas y salvas.

Desde que entraron en escena, los capitalinos hicieron rueda alrededor de ellos. Sin pensarlo dos veces, los centralistas hicieron una poderosa y festiva presentación con sus dos bandas, la marcial y de guerra.

A las 10:00 de la mañana, el calor del sol ya era fuerte y los vendedores de gorras y sombreros hicieron su negocio, igual las personas que ofrecieron todo tipo de alimentos.

El Instituto Mixto Hibueras, con bellas bastoneras, también fue ovacionado, así como el Alfonso Guillén Zelaya, Técnico Honduras, Cultura Nacional, España Jesús Milla Selva y muchos más.

A las 12:00 del mediodía, la intérprete Melina Pineda entonó el Himno Nacional. Acto seguido, la presidenta ofreció un discurso enalteciendo la dedicación de los centros educativos, mientras una flota de helicópteros Bell-412 de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) surcaba los cielos con el Pabellón Nacional.

Momento en que descendía el paracaidista que llevaba la Bandera de Honduras.

Hacia la superficie comenzaron a descender los 16 paracaidistas, 15 hombres y una mujer, la teniente Nicole Salgado, quien llevaba un listón color rosa en honor a las mujeres hondureñas.

Los capitalinos también disfrutaron de la presentación de la banda marcial del Instituto Bethel de La Ceiba, Atlántida, anunciada como una sorpresa por el ministro de Educación.

Al mediodía, el asesor y esposo de la presidenta, José Manuel Zelaya, llegó al Estadio Nacional.

Los desfiles se extendieron hasta la 5:00 de la tarde. Nuevamente, fue una larga jornada, pero no debía concluir sin presentar hasta el último colegio, en este caso el San Juan Bosco.