En los últimos tres meses ocho féminas fueron requeridas por pretender incluso burlar la seguridad de las cárceles de máxima seguridad El Pozo I y II en Ilama, Santa Bárbara y Morocelí, El Paraíso. Las cuatro restantes fueron detenidas en otros centros penales del país.
Según el Instituto Nacional Penitenciario (INP), las mujeres han utilizado distintas metodologías para tratar de introducir las sustancias alucinógenas, desde ocultarlas en su cabello, comida y partes íntimas, así como en utensilios de limpieza como las escobas y jabones.
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Las féminas 'han sido sometidas a sanciones y procesos judiciales”, detalló German McNiel, sub director del INP.
“Estamos utilizando equipo de alta tecnología con el propósito de evitar el ingreso de este tipo de sustancias, también contamos con la Fuerza Nacional de Control de los Centros Penitenciarios (FNCCP) para fortalecer el tema de la seguridad”, recalcó.
En los centros penitenciarios de máxima seguridad se ha evitado que ingresen al menos cuatro kilos de droga, entre ellas marihuana y cocaína.
Actualmente hasta los empleados administrativos y operativos deben pasar por el escáner para constatar que no portan nada ilícito.
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