TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Llegó sonriente y elegante al tribunal para el comienzo de su juicio oral y público. Esta vez fueron los policías penitenciarios quienes la custodiaban, como lo solían hacer antes los miembros de la Guardia de Honor de Casa Presidencial.
La ex primera dama Rosa Elena Bonilla de Lobo, que vestía un traje negro, una blusa blanca y su cabello muy bien arreglado, se abría paso en medio de fotógrafos, camarógrafos y periodistas para el inicio del juicio que se le sigue por los delitos de fraude y apropiación indebida en el denominado caso Caja chica de la dama.
El caso señala a los imputados de apropiarse de fondos públicos entre 2011-2015 a través de cheques otorgados a diversas personas, que después los convertían en dinero en efectivo, según las investigaciones de la Unidad Fiscal Especial contra la Corrupción y la Impunidad (Ufecic), con el apoyo de la Maccih. Se asegura que la ex primera dama tuvo ingresos hasta de 94.6 millones de lempiras provenientes de diferentes fuentes.
Al lugar se hizo presente el expresidente Porfirio Lobo Sosa.
También llegaron custodiados al tribunal los imputados Saúl Escobar y Mauricio Mora.
Suspensión
Apenas habían transcurrido unos minutos del juicio cuando el juez determinó suspenderlo, ya que se notificó que los abogados de Escobar renunciaron el pasado viernes. El mismo imputado dijo al juez que no podía seguir pagando a sus abogados porque no tiene recursos y solicitó un defensor público.
El juez calificó como abandono la acción de los defensores al no presentarse al juicio a notificar que no seguirían la causa.
Por esa razón se suspendió el juicio y se solicitó al Colegio de Abogados de Honduras (CAH) que lo suspenda por tres meses porque su acción puede entorpecer el proceso. El juicio se suspendió y se reanudará el próximo 6 de febrero.
Por su parte, Lobo expresó que la acusación contra su esposa ha sido ilegal desde un inicio y que no sería extraño que la condenaran solo con fotocopias.