Honduras

Enfermera hondureña que venció el Covid-19: 'Me corrieron del apartamento mientras estaba en mi agonía”

Karla Cruz es una técnico instrumentista de un hospital de SPS que venció el Covid-19 y que estuvo luchando por su vida durante diez largos días. “Vi morir gente, los sacaban en bolsas”, relata
06.05.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Respirando el poco oxígeno que sus pulmones aún podían procesar, Karla Ivonne Cruz estaba decidida a luchar su propia batalla frente al Covid-19, una enfermedad que ha matado a decenas de miles de personas alrededor del mundo.

Ella es una técnico instrumentista de 28 años que se contagió mientras atendía junto a otros 14 compañeros una cesárea en el Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula.

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Karla le contó a EL HERALDO que durante la operación no se tomaron las medidas de bioseguridad, lo que facilitó que el Covid-19 hiciera su trabajo en todo el equipo asistencial.

“Fue una sorpresa total saber que tenía el virus, yo trabajo en un hospital y estaba en que en algún momento me podría contagiar. Fui de las primeras personas que dio positivo, por una paciente que ingresó al área de ginecología sin ningún síntoma”, relató.

Al nexo epidemilógico de Karla y sus compañeros, o sea, la mujer embarazada, se le practicaron los exámenes de Covid-19, sin embargo, al momento de hacerle la cesárea, los resultados no estaban listos y sucedió lo temido: la muchacha y el equipo fueron contagiados. Días después, Karla y compañía fueron sometidos a un examen cuyo resultado fue positivo por Covid-19.

Comenzó la batalla

A Karla, quien es originaria de Talanga, Francisco Morazán, el mundo se le vino encima cuando comenzó a presentar los primeros síntomas. Estaba sola y angustiada, no tenía un familiar cerca, solo la fuerza de un par de amigos que nunca la abandonaron y la animaron a seguir adelante.

“Fue un momento totalmente difícil, me realizaron las pruebas y estando en mi casa comencé a ponerme mal de la tos. Estar sola y sin familia en este lugar da mucho miedo”, expresó notablemente afectada.

La tarde del 4 de abril, la joven fue trasladada de emergencia en una ambulancia al Seguro Social de San Pedro Sula, por sus complicaciones con la enfermedad. De inmediato, fue internada en la Sala de Covid-19 de Cuidados Intermedios, que es una escala antes de ingresar a Cuidados Intensivos, a donde ella nunca llegó.

Foto: El Heraldo

La hondureña se infectó al atender el parto de una mujer.
Allí, Karla estuvo luchando por su vida durante diez largos días, sin comunicarse con sus familiares y amigos. Lo único que le pasaba por la mente es que Dios era quien dispondría qué hacer con su vida.

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“Los médicos me dijeron que por mi edad, no tener patología (alguna enfermedad base), era esencial para no conectarme a un ventilador”, manifestó. En la sala no hablaba con nadie, solamente se aferraba a sus oraciones en que todo iba a estar bien. “Las noches eran los momentos más duros. Era angustioso porque había momentos en que estaba bien pero otros mal. Mi confianza fue puesta en Dios. Cuando ingresé al Seguro le dije a Dios que se haga su voluntad y si es salir con vida de aquí, lo voy hacer”, recordó.

Vi morir personas

Nadie quisiera estar en los zapatos de Karla, quien con un nudo en la garganta relató a EL HERALDO que con el pasar de los días las cosas se complicaron para otros pacientes compañeros de su sala y muchos de ellos no volvieron a abrir sus ojos.

“Estar allí es sumamente difícil porque hay otros pacientes que están graves, vi morir seis personas, las sacaron en bolsas rojas y siempre se me cruzó por mi mente no sé quién será la siguiente, no sabía si era yo. Pensaba que iba a morir sola, sin poder ver a mi familia. Me llené de desesperación”, aseguró.

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Las malas noticias no acababan de llegar para Karla. Y es que en medio de su angustia y desolación, interna en el IHSS, recibió un mensaje en el que le notificaban que de inmediato debía desalojar el apartamento donde vivía. “La señora donde alquilaba me corrió rotundamente cuando ella se dio cuenta de mi situación. En mi agonía ella me mandó un mensaje y me dijo que yo no podía regresar al apartamento. Mis compañeros nunca me dejaron sola, de afuera me resolvieron y una compañera me brindó su casa mientras yo recuperaba mi salud”, relató.

Cada día que pasaba, la incertidumbre se apoderaba más de Karla al ver que no sabía cuál sería su futuro.

“Estaba llena de angustia y miedo. El ambiente se tornaba con sentimientos encontrados porque algunas veces me miraban llorar y no se podían acercar y abrazarme, porque había un peligro, pero también nos alegrábamos cuando un paciente salía porque era un triunfo para los médicos porque sabían que habían hecho bien su labor”, dijo.

Los momentos más difíciles de Karla llegaban con cada noche al tratar de conciliar el sueño y no podía hacerlo por temor a quedarse tendida en la camilla del IHSS. “Por las noches era bien difícil cuando tenía la falta de respiración, mis pulmones me dolían mucho, de hecho, no dormía porque decía que si me duermo no voy a volver a despertar y luchaba por mi vida. Nunca perdí la esperanza”.

Y así fue, el 14 de abril Karla fue notificada que había vencido el Covid-19 y que se podía ir a casa. “He resucitado”, dijo Karla con una mirada al cielo en señal de agradecimiento por una nueva oportunidad de vida y manifestó que “mi solidaridad con todas las personas del mundo entero que están en esta batalla, hay que darles ánimo para que puedan salir de ella”. A los 23 días de iniciada su pesadilla, el examen de Karla resultó negativo y pronto se incorporará a su labores hospitalarias y con todas las medidas de seguridad a esperar que todo vuelva a la normalidad.

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De la mujer embarazada que contagió a Karla y sus compañeros lo único que se sabe es que perdió la batalla frente al Covid-19.