Honduras

Honduras: Indignados instalan huelga de hambre en la plaza central

Los huelguistas que se concentraron desde hace tres días, vinieron desde diferentes partes del país para continuar con las medidas de presión hacia el gobierno.

19.08.2015

Tegucigalpa, Honduras

Un grupo de siete indignados en huelga de hambre se instalaron en la plaza central de Tegucigalpa, capital de Honduras.

Los huelguistas que se concentraron desde hace tres días, vinieron desde diferentes partes del país para continuar con las medidas de presión hacia el gobierno con el objetivo de que se instale una comisión de transparencia contra la corrupción.

Uno de los organizadores del movimiento dijo que los jóvenes se trasladaron desde San Pedro Sula, Santa Bárbara y La Ceiba. Además, esperan otro grupo procedente de Colón.

' Es un conjunto en huelga de hambre que han estado en las distintas ciudades del pais y se movilizaron hasta Tegucigalpa para poder ser mas vistos y más escuchados por el presidente de la república', dijo.

Agregó que este es un espacio para que la juventud pueda llegar a protestar a través del arte, la música, cultura y poesía.

El movimiento de los “indignados”, que todos los viernes realiza la Marcha de las Antorchas, además de pedir la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras, demanda que se investigue el monstruoso saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social.

Cabe señalar que la Marcha de las Antorchas surgió en rechazo a la corrupción y la impunidad en las instituciones públicas, particularmente del Seguro Social.


Huelga frente a casa presidencial

El pasado 31 de julio, un grupo de 19 personas decidió suspender la huelga de hambre que habían instaladado frente a casa presidencial.

Durante 35 días que se mantuvo la huelga, los participantes hicieron relevos y curiosamente hubo enfrentamientos entre ellos mismos.

El último fue contra Wilfredo Méndez, un activista de derechos humanos y excandidato a diputado por el partido Libre.

Sus mismos compañeros de lucha lo tildaron de infiltrado y de pretender controlar el movimiento, autoerigiéndose como vocero. Varios manifestantes prefirieron abandonar la huelga de hambre ante la presencia de Méndez.