El accionar del narcotráfico en Honduras ha dejado sus marcas: altos índices de criminalidad y la pérdida de seguridad en lugares donde antes se reportaba cero incidencia.
Ante estas situaciones, el Estado resolvió tomar medidas para blindar al país de las operaciones del crimen organizado. Una de esas acciones ha sido la captura de cabecillas de carteles de la droga que dominaban la mayor parte del territorio nacional. Actualmente están extraditados en Estados Unidos, donde tienen procesos judiciales pendientes.
Estas capturas fueron posibles con la implementación de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), la cual es integrada por las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Ministerio Público, Poder Judicial, Dirección de Migración y Extranjería, así como por la Dirección de Investigación e Inteligencia del Estado, sumando más de 12,000 personas involucradas en la lucha contra el narcotráfico. “Este combate frontal contra la narcoactividad ha sido muy efectivo debido al escudo terrestre-aéreo-naval en el cual participan las tres ramas de las Fuerzas Armadas en el marco de Fusina”, comentó una fuente ligada a la agencia interinstitucional.
Reducción
La fuente confió que las operaciones han sido exitosas por las acciones de inteligencia, el cruce de información con Estados Unidos y Colombia, así como por la efectividad en el uso de los radares que han sido instalados en diferentes sectores del país.
“Honduras dejó de ocupar el primer lugar en el trasiego de droga, el cual mantuvo hasta el 2011, y después por las acciones contra el narcotráfico llegó a situarse en el cuarto lugar, que es donde se encuentra actualmente”, dijo la fuente de Fusina.
Según información brindada a Fusina por organismos internacionales vinculados con la lucha contra el narcotráfico, los países que están por encima de Honduras en el trasiego de droga son Guatemala, Panamá y Costa Rica, “lo que evidencia que este flagelo internacional ya no solo nos afecta a nosotros sino a toda el área centroamericana”, mencionó.
En la información recibida por esa interinstitución se establece que en el presente año el ingreso de droga al país se ha reducido en un 72 por ciento y que en los últimos años se ha logrado decomisar unas 46 toneladas de cocaína.
Debido a la coordinación del escudo terrestre-aéreo-naval, los traficantes de drogas han tenido que establecer nuevas rutas para tratar de ingresar la droga al país. “El paso de la droga por el país ya es menos”, dijo.
Las rutas
Según la fuente, actualmente por la vía marítima los traficantes están llegando a los departamentos de Colón y Gracias a Dios, y rodean las orillas de Islas de la Bahía sin entrar a aguas hondureñas. Mientras que por la zona sur están transitando por la orilla del Golfo de Fonseca, sin ingresar a Honduras ya que los miembros de la Fuerza Naval mantienen patrullajes permanentes las 24 horas del día.
La droga que es movilizada hacia Honduras llega desde Venezuela y Colombia, “la mayor parte de la droga la abastecen en Providencia (Colombia) y luego sale con destino a Honduras, en la mayoría de los casos cruzan por Nicaragua”.
Debido a que Honduras está cerrando el paso de la droga, los narcotraficantes están buscando rutas alternas, por lo que ya están cruzando el departamento de El Paraíso, están usando los departamentos que son fronterizos con Nicaragua, reveló la fuente.
Según los informes de inteligencia, las trazas del narcotráfico en Honduras, tanto las aéreas como las marítimas, también han disminuido en un gran porcentaje.
Parte de la droga que llega al país es introducida por el departamento de Gracias a Dios y después es transportada a Olancho y El Paraíso. Mientras que por la zona sur, es el departamento de Choluteca el que está siendo utilizado para el cruce del alucinógeno, por lo que los operativos combinados entre elementos de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional se han intensificado en la zona, especialmente en los puntos ciegos, que son los que utilizan los traficantes para tratar de evadir a las autoridades.
En el presente año, las autoridades han logrado decomisar 1,860 kilos de cocaína, la mayoría en los departamentos de Gracias a Dios y Colón, luego que elementos de la Fuerza Naval han logrado interceptar las embarcaciones y capturar a algunos de los traficantes.
En el caso de las avionetas utilizadas para el trasiego de droga, la llegada de las mismas se ha reducido a unas cinco en lo que va del año, ya que también se ha procedido a la destrucción de las narcopistas, dificultando así su aterrizaje.
En los nueve meses de 2015, las autoridades han destruido 25 pistas clandestinas de aterrizaje, ubicadas en Olancho y Gracias a Dios.
Combate permanente
Sobre el tema, Gustavo Paz Escalante, comandante de Fusina, reveló que por parte de todos los operadores del sector seguridad y justicia mantienen operaciones permanentes en el combate del crimen organizado y narcotráfico. “Estamos trabajando para seguir rompiendo las estructuras del narcotráfico en el país”, dijo.
Al consultarle sobre los logros en la lucha contra el narcotráfico aseguró que los mismos se comenzaron a dar cuando el presidente Juan Orlando Hernández creó Fusina y ordenó la intervención del departamento de Gracias a Dios, que era por donde más era ingresada la droga.
El coronel aseguró que Fusina mantiene sus operaciones a nivel nacional y las mismas se realizan por aire, mar y tierra dificultando así las acciones de los narcotraficantes y por ende la presencia de droga en el país.
Paz Escalante aseguró que todos los miembros de Fusina han sido seleccionados y certificados para participar en el combate del crimen organizado.
Las operaciones de Fusina en el territorio nacional han logrado la reducción del ingreso de drogas que durante años afectó al país manteniendo altos índices de violencia y criminalidad.
Según las autoridades, los traficantes de drogas acostumbran a pagar a sus colaboradores en el transporte del alucinógeno con droga o dinero y en los casos que se paga con droga esto genera narcomenudeo y las peleas de territorio entre bandas rivales. Debido a estas situaciones, los operativos también se realizan en los barrios y zonas marginales, donde se reporta incidencia homicida y criminal.