Honduras

Honduras: Vaivén de jefes policiales mina política de seguridad

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21.11.2014

Tegucigalpa, Honduras

La inestabilidad en el puesto de director de la Policía Nacional de Honduras ha marcado a esta institución.

En los últimos cinco años (cuatro del período del expresidente Porfirio Lobo y 10 meses de la actual gestión del mandatario de Honduras, Juan Orlando Hernández), han sido nombrados 5 jefes de la Policía Nacional.

Esto implica que ninguno de estos cinco jerarcas policías han durado los tres años que como máximo establece la Ley Orgánica de la Policía Nacional, como período para ocupar ese puesto y, en promedio, solo han permanecido un año.

Mientras sucede el vaivén de estos jerarcas, la depuración policial no ha caminado con la celeridad que diversos sectores demandan, aunque la cantidad de homicidios ha ido a la baja.

Unos van, otros vienen...

El desfile de jefes policiales comenzó el 18 de marzo de 2010, el primer año de gestión del expresidente de Honduras, Porfirio Lobo, cuando fue nombrado como director de la Policía Nacional al comisionado José Luis Muñoz Licona.

El oficial se desempeñó en el cargo durante 19 meses, ya que el 31 de octubre de 2011 salió en medio de un remezón en la Policía Nacional producto del escándalo generado por el asesinato de dos jóvenes universitarios a manos de policías.

Una de las víctimas era hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos. La situación que selló el despido de Licona fue por la liberación de cuatro agentes involucrados en el crimen.

Este doble asesinato generó una ola de presión para adecentar a la entidad armada, razón por la cual se creó en diciembre de 2011 la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP), dependencia que, según críticos, perdió el control de la depuración.

Solo 7 meses

En lugar de Licona fue nombrado Ricardo Ramírez del Cid, el 31 de octubre de 2011, quien llega para dirigir el proceso de depuración de la Policía Nacional de Honduras, pero este apenas dura siete meses en el puesto.

La suerte de Ramírez del Cid en el cargo la definió un nuevo crimen que conmociona la sociedad, la del coordinador de noticias de HRN, Alfredo Villatoro.

Llega “El Tigre”

Posteriormente el turno de dirigir la Policía Nacional le tocó el 22 de mayo de 2012 a Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, un hombre con fama de radical e intolerante con los criminales.

La depuración policial fue también una de las tareas principales que se le encomendó a Bonilla, pero el proceso no tuvo éxito.

Apenas 7 elementos fueron separados por reprobación de pruebas de confianza y, lo que es peor, varios oficiales fueron ascendidos de rango pese a haber reprobado los exámenes del polígrafo.

La polémica fue un fantasma que acompañó a Bonilla.

En marzo de 2012 el entonces subsecretario adjunto para lucha antidrogas de Estados Unidos, William Brownfield, declaró que su país apoyaba a la Policía de Honduras, pero que suspendería la asistencia a la entidad mientras siguiera en el puesto Bonilla, ya que se le señalaba que violaba los derechos humanos.

También trascendió que Bonilla tuvo varios altercados con el ministro de Seguridad, Arturo Corrales, debido a que este se reunió con 90 oficiales que estaba sin asignación o en disponibilidad para dialogar sobre su futuro.

Según el exjefe policial, Corrales no tenía la potestad para sesionar con los efectivos sin su presencia.

Al final de cuentas “El Tigre” Bonilla fue separado el 20 de diciembre de 2013 y en su lugar fue nombrado Ramón Sabillón, mismo que fue destituido el 20 de noviembre pasado en medio de un ambiente de incertidumbre.

Según fuentes de entero crédito, Sabillón fue separado, entre otras cosas, por oponerse a destituir a elementos policiales sin que se les siguiera un procedimiento legal.

Pese a estos contratiempos en la Policía Nacional de Honduras, esta institución destaca que se han cumplido varios objetivos, como el de la depuración, por diferentes razones han salido de la entidad más de 1,500 efectivos.

De igual manera, la tasa de homicidios bajó de 86.5 en 2012 a 75.1 en 2013 en Honduras, aunque el Observatorio de la Violencia indica que la tasa es de 79 por cada 100 mil habitantes.

También se destaca que se ha logrado la captura de varios extraditables por delitos de crimen organizado, uno de los cuales ya fue enviado a Estados Unidos.