La imagen de un hombre amante de sus hijos, pese a estar divorciado, dista mucho del retrato de un Policía de Fronteras que violó a las tres migrantes hondureñas
en la frontera de Estados Unidos con México y luego se suicidó.
La Policía Fronteriza identificó al atacante como Esteban Manzanares de 32 años, quien estuvo en la institución desde el 2008, confirmó el portavoz de la agencia en el sector del Valle del Río Grande.
En las redes sociales, Manzanares compartía fotos de sus dos hijos en diversas actividades familiares y constantemente profesaba su amor por ellos.
Incluso, el 20 de diciembre del 2012 escribió: 'Bueno es confirmado, mi hija, al igual que su hermano mayor tiene fibrosis quística'.
En varios comentarios se refería a la condición médica del menor y reiteraba su amor por ellos.
De la poca información que publicó en su perfil de Facebook, Manzanares compartió su condición de divorciado, su trabajo en la Policía Fronteriza, su ciudad de origen McAllen y actual Edimburg.
Como policía, las obligaciones de Manzanares incluían patrullar la frontera para brindar seguridad, incluida en el tema de inmigración.
Un retrato diferente
El testimonio de las tres mujeres resume el violento suceso de violación, secuestro e intento de asesinato, y contrasta con la imagen que tienen sus familiares.
Su hermanastra Joanna Manzanares aseguró que era 'una gran persona, una persona increíble y servicial'.
La exesposa recuerda que pese al divorcio, Manzanares no parecía deprimido, ya que ambos estuvieron de acuerdo en la separación y en compartir la custodia de los menores.
El divorcio fue oficial el pasado 29 de enero, información que incluyó en su perfil de Facebook.
Manzanares escribió el pasado 18 de febrero: 'Mis hijos pasarán conmigo en mis días libres', con una emoticon de estoy 'entusiasmado'.
Por estas reacciones, la exesposa dijo que luego del divorcio él seguía siendo la misma persona'.
'No noté nada. Él quería el divorcio, no sabía cómo podía afectarlo. Ambos queríamos'.
Susana envió a los dos menores a la cada de un exvecino, en el norte de Edinburg, donde vivía la familia antes del divorcio, mientras la policía la interrogaba.
La vecina que cuidaba de los dos menores, comentó que el niño le dijo 'creo que mi papa está en la cárcel'.
Neira Galvan recordó que conoció a Manzanares cinco años atrás, cuando realizaban barbacoas en su casa, pese a que pasaba mucho tiempo en su trabajo con la Policía Fronteriza.
'Él era tranquilo, no puedo pensar, me refiero, uno nunca pensaría que él haría algo como esto. '¿Cómo se supone que se le diga esto a sus hijos? El era muy tranquilo, nunca pensaría algo como esto'.
Continúan investigaciones
Las víctimas fueron trasladados al centro médico McAllen para ser atendidas, pero no se divulgaron detalles de su condición, citando las leyes de confidencialidad de los pacientes, de acuerdo a la portavoz Cari Lambrecht.
Por su parte, el sargento Manny Casas, portavoz del departamento de policía de Mission, recordó que esa agencia recibió una llamada del FBI a las 12:39 a.m. del jueves para pedir asistencia en 'una situación de secuestro' en un complejo de apartamentos, pero no ahondó en detalles del incidente.
Por su parte, la portavoz de la oficina del FBI en San Antonio, Texas, Michelle Lee, dijo que 'nosotros creemos que él es la persona responsable por los secuestros y agresiones contra los tres'.
El FBI está a la espera del reporte de la autopsia para revelar las circunstancias en las que murió el agente.
Por su parte, la portavoz de la Aduanas y Protección Fronteriza, Janny Burke, dijo que 'la agencia toma este incidente muy seriamente y está cooperando plenamente con la investigación'.