TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las marcas de los callos que se han formado en sus manos sólo reflejan la pasión, entrega y devoción con la que a diario realiza su trabajo.
El talento y el arte que Dios ha depositado en su vida se combinan con la elaboración de diferentes pulseras, cadenas y otros artículos religiosos. Su amor a la Virgencita, su entrega a la familia y el don de servicio a las demás personas son características que sobresalen de su personalidad.
Se trata de Yadira Anabely Juanes, de 41 años, quien fabrica desde hace 15 años bisutería a base de hilo y elástico, además de la incorporación del dije de la Patrona de Honduras.
Juanes se graduó de perito mercantil y contador público, es madre de Anyel Juanes e Isais Durón. Su puesto de trabajo se ubica a un costado de la iglesia ermita de la aldea Suyapa.
Diseñar y confeccionar las piezas religiosas es una tarea que ejecuta en conjunto con su familia.
Acompañada de su hija y hermana, Juanes inicia a diario las labores desde las 8:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche.
La entrevistada explicó que antes abría el puesto más temprano, pero desde hace algunos años lo abre según los horarios de la iglesia.
Bendición familiar
El sustento familiar de Juanes fue heredado gracias a Alejandrina Ochoa, su abuela, quien años después lo heredó a su madre.
“Yo me atrevería a decir que fue uno de los primeros negocios que se instaló aquí en la aldea Suyapa, estamos hablando desde hace unos 50 años”, recordó.
La entrevistada comentó a EL HERALDO que desde su corta edad inició a interesarse por realizar bisutería en compañía de su madre y abuelita.
“Hace más de 18 años, mi madre me dijo que nos dejaba el negocio a mí y mis hermanas, que ahora nosotras íbamos a ser las encargadas, desde entonces hemos cumplido, es cansado, pero Él no nos desampara”, agregó la comerciante.
Yolanda Galo, su madre, de 60 años de edad, es quien se encarga de enmarcar los cuadros que contienen las imágenes de la Virgen María, el Divino Niño Jesús, el Cristo Negro, la Virgen de Fátima, entre otros.
La bendición de Juanes ha sido tal que los diversos accesorios religiosos han sido comprados por turistas provenientes de Estados Unidos, España, El Salvador y otros países del mundo.
“En la actualidad trabajo en la creación de unas 50 pulseras de la Virgen de Suyapa que serán llevadas por un grupo de jóvenes a Panamá debido a la Jornada Mundial de la Juventud”, detalló la devota. El único día en el que se ve obligada a cerrar las puertas de su negocio son los Viernes Santo, “mi abuelita nos enseñó que ese día se debe de entregar a Dios”, puntualizó.
Por su parte, Glenda Juanes, su hermana mayor, considera el negocio como una fuente de abundancia ya que se han beneficiado varias generaciones. “Para la comida, los útiles escolares de los hijos de mi hermana y otros gastos”, dijo la primogénita.