Tegucigalpa, Honduras
Dos años y medio han pasado desde la trágica muerte de Miss Honduras, María José Alvarado, y su hermana Sofia Trinidad, pero la justicia no llega aún para su familia.
Corina Muñoz, hermana mayor de las víctimas, fue este viernes la primera testigo en rendir testimonio ante los jueces que conocen el caso contra Plutarco Ruiz, principal acusado por ambos homicidios.
'Él mandaba, tenía atemorizada a la gente y ya había cometido otros crímenes', aseguró la joven al referirse al imputado en las afueras de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
'Los dueños del balneario callaron, todos le tenían miedo', apuntó.
Ruiz enfrenta un juicio oral y público, desde el pasado jueves, por el asesinato de las hermanas Alvarado Muñoz, hecho sangriento registrado el 13 de noviembre de 2011.
Aunque con este juicio se busca justicia por el abominable crimen, también revive en los familiares todo el horror vivido tras su desaparición y el hallazgo de los cadáveres seis días después.
Quien más lo lamenta es la señora Teresa Muñoz, madre de María José y Sofia Trinidad. La tragedia 'Se llevó sus ilusiones, sus sueños, sus ganas de vivir', asegura.
Sobre la supuesta enfermedad mental del hombre que disparó contra sus hijas, la señora afirma que 'nadie lo obligó a que lo hiciera, tiene que atenerse a las consecuencias, tiene que pagar'.
Muñoz cree que él finge demencia y que ' está actuando nada más', lamentó.
Al recordar a sus jóvenes hijas, doña Teresa expresó que '!parece que fue ayer (las muertes), lo vuelvo a revivir con el juicio y es horrible!'.
Con tristeza recordó que el día que las encontraron ella no las pudo ver. ' Las recuerdo como eran ellas en vida'.
La madre de las jóvenes asegura que ha recibido llamadas amenazantes de un sujeto que habla como 'marero'. 'Eran las 11 de la noche y me dijo: 'ya sabemos donde vivís', pero no puedo decir que es por parte de él (Plutarco).
Este viernes se desarrolla el segundo día del juicio en los Tribunales de Justicia de Tegucigalpa, pese a que el crimen se efectuó en el occidente del país, ya que el caso es conocido por jueces con jurisdicción nacional.
Dos años y medio han pasado desde la trágica muerte de Miss Honduras, María José Alvarado, y su hermana Sofia Trinidad, pero la justicia no llega aún para su familia.
Corina Muñoz, hermana mayor de las víctimas, fue este viernes la primera testigo en rendir testimonio ante los jueces que conocen el caso contra Plutarco Ruiz, principal acusado por ambos homicidios.
'Él mandaba, tenía atemorizada a la gente y ya había cometido otros crímenes', aseguró la joven al referirse al imputado en las afueras de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
'Los dueños del balneario callaron, todos le tenían miedo', apuntó.
Ruiz enfrenta un juicio oral y público, desde el pasado jueves, por el asesinato de las hermanas Alvarado Muñoz, hecho sangriento registrado el 13 de noviembre de 2011.
Aunque con este juicio se busca justicia por el abominable crimen, también revive en los familiares todo el horror vivido tras su desaparición y el hallazgo de los cadáveres seis días después.
Quien más lo lamenta es la señora Teresa Muñoz, madre de María José y Sofia Trinidad. La tragedia 'Se llevó sus ilusiones, sus sueños, sus ganas de vivir', asegura.
Sobre la supuesta enfermedad mental del hombre que disparó contra sus hijas, la señora afirma que 'nadie lo obligó a que lo hiciera, tiene que atenerse a las consecuencias, tiene que pagar'.
Muñoz cree que él finge demencia y que ' está actuando nada más', lamentó.
Al recordar a sus jóvenes hijas, doña Teresa expresó que '!parece que fue ayer (las muertes), lo vuelvo a revivir con el juicio y es horrible!'.
Con tristeza recordó que el día que las encontraron ella no las pudo ver. ' Las recuerdo como eran ellas en vida'.
La madre de las jóvenes asegura que ha recibido llamadas amenazantes de un sujeto que habla como 'marero'. 'Eran las 11 de la noche y me dijo: 'ya sabemos donde vivís', pero no puedo decir que es por parte de él (Plutarco).
Este viernes se desarrolla el segundo día del juicio en los Tribunales de Justicia de Tegucigalpa, pese a que el crimen se efectuó en el occidente del país, ya que el caso es conocido por jueces con jurisdicción nacional.
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