TEGUCIGALPA, HONDURAS. -El fundador de una de las obras de amor más grandes del país agradeció al pueblo hondureño por estos 31 años de hacerse presente.
Aquí la carta
Hace 31 años con un grupo de extraordinarios hombres y mujeres nos propusimos extender la mano fraterna a miles de hondureños que necesitaban por sus discapacidades recibir la debida atención a sus problemas, algunos congénitos y otros por desgraciados accidentes.
Ese esfuerzo que se inició con la entrega de los organizadores y el apoyo y credibilidad del pueblo aportante y del sentido desprendimiento de los empresarios, del pueblo y el sector público, sirvió para levantar un monumento de amor que año con año representa la más alta expresión de solidaridad humana.
La Fundación Teletón no se limitó en levantar el primer centro en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Santa Rosa de Copán, Choluteca, Catacamas y ahora Intibucá, obras que son la muestra palpable de una institución que nació para servir y que le hace frente al desafío del crecimiento pasando sobre las adversidades porque marchamos inspirados por el gran corazón de los hondureños y por las bendiciones de Dios que nos ha fortalecido nuestras acciones a favor de niños, jóvenes, adultos mayores, hombres y mujeres que requieren de la asistencia especializada y equipos especiales que Teletón pone a su disposición.
Al cumplirse 31 años de permanecer como un símbolo de solidaridad, elevamos nuestras oraciones al Todopoderoso para que en su seno del descanso eterno a quienes fueron llamados por él para morar en las regiones celestiales.
Los nombres de hombres y mujeres que con entrega estuvieron en la Fundación los guardamos en las mansiones del cariño y jamás los olvidaremos.
Mi permanente agradecimiento a los artistas nacionales y extranjeros, animadores, técnicos, instituciones de servicio, autoridades gubernamentales, cuerpos de seguridad, voluntarios, integrantes de las Caravanas de Amor, medios de comunicación televisivos, escritos y radiales, personal de la Fundación, a los directivos nacionales y locales, en fin a todas aquellas personas que con su colaboración han contribuido a que esta obra de amor se mantenga como un símbolo de esperanza.
Quiero expresar, además de un reconocimiento especial, las gracias más sinceras a alguien que desde el inicio de la Teletón vino de El Salvador a producir, crear, dirigir y motivar a todos los protagonistas para alcanzar los éxitos que hemos logrado.
Rafael “Lito” Barrientos es esa persona que dejó su patria, se radicó en esta Honduras que él aprendió a amar con su corazón simbolizado pendiente de una nota que representa la alegría de la nación. Gracias Lito.
Cómo quisiera estar con ustedes en la realización de la Teletón del 2018, pero mi salud quebrantada ha debilitado mis fuerzas corporales, pero no ha debilitado mi espíritu, aquí estoy por la gracia del Señor, distante de sus personas, pero muy cerca de sus almas, Dios me ha regalado la fortaleza espiritual para continuar al lado de ustedes, con el mismo fervor de ayer, con el mismo entusiasmo de siempre, solicitando a todos los hondureños el apoyo para que la Fundación Teletón logre sus metas de recaudación para seguir adelante ayudando a los discapacitados.
Que el Señor siga iluminando nuestros pasos y mientras haya vida, que no se pierda la esperanza y la fe para que se mantenga este monumento de amor que entre todos hemos levantado. José Rafael Ferrari S