Honorable Congreso Nacional:
Tengo el honor de dirigirme a esa Augusta Cámara, integrada por vosotros diputados declarados electos por el Tribunal Supremo Electoral, del que honro formar parte hasta esta fecha, como el resultados de las elecciones 2013, las más votadas, transparentes y observadas, y reconocidas así por el pueblo Hondureño y la Comunidad Internacional.
Nunca pasó por nuestra mente que un mes después de nuestro nombramiento en Mayo del 2009, Honduras y su sistema político y electoral se verían sumergidos en la crisis más grande la historia Democratica. Dicha crisis, puso a prueba la Democracia, confrontó y dividió a nuestro pueblo dejando de manifiesto una nueva realidad política.
Fue por ello que después de las elecciones de 2009, (proceso que permitió el inicio de la reconciliación), propusimos oportunamente, una nueva Ley Electoral que pusiera las reglas de juego clara, fortaleciera los partidos, pero le diera participación a los ciudadanos, pilar de estos procesos.
La ley vigente fue creada en otra realidad histórica, se encuentra desfasada y contiene 'ambigüedades útiles', que generan interpretaciones acomodaticias, de los actores en contienda.
Adicionalmente cumplimos con nuestro deber de inscribir nuevas fuerzas políticas, como resutado de la realidad antes descrita. Este hecho fue trascendental para la participación ciudadana del proceso 2013.
En el 2012, manejamos el primer proceso de elecciones primarias con tres partidos políticos, que no es más que manejar la logística y planificación de tres elecciones generales el mismo día.
En ese proceso quedaron evidenciadas las ambigüedades y las deficiencias que oportunamente señalamos, que incluso requirieron de reformas aisladas y Recursos de amparo para aclarar algunas.
A pesar de todo se superaron las expectativas y se dio paso a las elecciones generales de 2013.
A pesar de que el nombramiento de los Magistrados del Tribunal Supremo Electoral temina en el mes mayo, sopresivamente y en forma inusual el Congreso anterior, nombró anticipadamente a las nuevos Magistrados.
Conciente de la realidad que vive el país y como ciudadano que desea que las cosas cambien para el bien de Honduras, ahora que ya se dio la conformación de un nuevo gobierno, interpongo mi renuncia irrevocable del cargo de Magistrado del Tribunal Supremo Electoral, para dejar constancia de mi convicción de no haber aprendido la lección que recoge los acontecimientos vividos a partir del 2009 y donde el pueblo Hondureño demanda una forma diferente de actuar de nuestra clase política.
'Me honra haber servido a la Patria cuando más lo necesitaba, doy gracias a Dios por su protección y a su vez le pido los bendiga a todos ustedes y sobre todo a mi querida Honduras.
Atentamente
ABOGADO ENRIQUE ORTEZ SEQUEIRA