Tegucigalpa, Honduras.- “La Navidad no es un llamado al estómago, tampoco es un llamado al bolsillo, no, la Navidad es un llamado al Corazón”, enfatizó el Padre Ovidio Rodríguez en las vísperas de la Nochebuena.
El religioso llamó al noble pueblo hondureño a encontrarse con Jesús en estas fiestas, “vamos a celebrar como la ternura divina toma rostro en el niño que descansa sobre paja, lo divino se hace humano para dignificar al ser humano, es momento de celebrarlo en familia, avocando a Nazareth que fue escuela de humanismo”.
Rodríguez explicó que el verdadero sentido de la Navidad se ha perdido, pues muchos lo buscan en el alcohol o las fiestas como ocurre en Semana Santa “donde se busca la vida en la muerte”.
“Como pueblo volteemos la mirada a estas imágenes que son como una catequesis, ver la actitud de María y José contemplativa mirando la grandeza en esa pequeñez de ese niño, es momento para despertar la ternura, la alegría, solidaridad y el júbilo” argumento el párroco.
Esperanza en Hondura
El sacerdote solicitó que “no le robemos la alegría a nadie, esa alegría de borrachos tampoco, es esa alegría de quien se siente querido, amado, tocado, es el momento de hablar de él , como lo dijo el profeta Isaías, busquen a Dios mientras se deja encontrar”.
En un país plagado de retos, Rodríguez solicitó unidad a los hondureños ante las decisiones que se toman poniendo por delante al señor Jesús que está Nochebuena nace en el corazón de las personas.
“Es el momento de buscarlo, si no caemos en un vacío, muchos como en Semana Santa buscan la vida donde está la muerte en la droga, en la discoteca, en la calle, buscar la vida donde está la vida, Jesús lo dice: he venido para que tengan vida”, promulgó el sacerdote.
Rodríguez ubicó como marco referencial la palabra de Dios “Cristo sigue siendo el camino, la verdad y la vida, el camino que debemos seguir, la verdad que debemos profesar y la vida que hay que vivir, este tiempo es en familia, comunión, unos con otros”.
En sus palabras recordó la bondad y solidaridad que caracteriza a los hondureños “cuando nos volvemos solidarios, nos volvemos Navidad, vamos a contemplar la gloria de un Dios hecho niño, es resplandor, dulzura y amor, que nuestro escudo sea la fe para pasar dificultades”.
El padre cerró con un mensaje de esperanza: “Que nadie nos robe la esperanza, sembremos esperanza, gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz, que podamos ser hondureños de buena voluntad , debemos cambiar nuestra vida, nuestra familia para cambiar la sociedad”.