TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Eva Luz trabajaba de impulsadora en un supermercado y estaba a la espera de que le renovaran el contrato pero, debido a la
pandemia de Covid-19, no pudo volver a su trabajo y ahora pide en la entrada de la colonia Los Robles.
“Yo era degustadora de jugos, pero igual, ya con esto la gente no le va agarrar los jugos a uno, ni nada, entonces no queda de otra que pedir, menos ir a robar porque es peor la cosa”.
“Yo era degustadora de jugos, pero igual, ya con esto la gente no le va agarrar los jugos a uno, ni nada, entonces no queda de otra que pedir, menos ir a robar porque es peor la cosa”.
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La mujer con el rostro completamente cubierto dijo que ella es sola, no tiene hijos, pero paga 2,000 lempiras de cuarto de alquiler y el temor como todos los nuevos mendigos es quedarse sin un lugar donde vivir.
En su nuevo oficio, la mendicidad, solo hace un poquito para la comida y ajustando para el mes, pero no es mucho, por eso “queremos que abran aunque sea las tiendas para uno ir a meter papeles, conseguir trabajo y no andar aquí asoleándose, porque no crea, es un sacrificio el que uno hace”.
