Sonya, Kia, Jaudini y Peper no son nombres ni de cantantes ni de actores, actrices o de ninguna estrella famosa. Ellos son los nuevos elementos a los que el crimen organizado deberá tenerles temor.
La Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN) ya cuenta con siete nuevos perros adiestrados para detectar cuatro diferentes tipos de narcóticos.
Los canes son capaces de detectar cocaína, heroína, marihuana y éxtasis; pero además, son capaces hasta de identificar el olor del papel moneda.
Seis de los caninos son de la raza pastor belga malinois; y una hembra, que es de la raza pastor alemán.
Los siete perros fueron adquiridos en Colombia a un costo total de 18 mil dólares.
El entrenamiento
El teniente Yoel Elixander Vidal Sánchez, director de la Escuela de Entrenamiento Canina de la Dirección Nacional de Control de Drogas de República Dominicana, es la persona que eligió los perros que fueron comprados por la DLCN y el que coordinó el proceso de entrenamiento de los canes, ya que se había firmado un convenio entre Honduras y República Dominicana.
El acuerdo que se firmó fue entre la DLCN y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) de República Dominicana, debido a que el problema del narcotráfico no es un problema de una sola nación por separado, sino que es un problema en conjunto, es decir, del mundo entero.
“Estamos uniendo esfuerzos para contrarrestar este flagelo y la razón por la que estoy aquí es para impartir el curso de formación del binomio perro-guía en indicación pasiva, especializados en detectar narcóticos y papel moneda”, comentó Vidal Sánchez.
Los siete integrantes del escuadrón canino tienen la capacidad para detectar los cinco olores al mismo tiempo y dan como señal una “indicación pasiva, o sea que simple y llanamente el perro se va a sentar” cuando detectan el objetivo, es decir, que han olfateado el olor por el cual han sido entrenados.
Cuando el perro se sienta, le da la señal al guía de que en el lugar existe un olor para el cual ha sido adiestrado, en este caso de cocaína, heroína, éxtasis, marihuana y papel moneda.
El entrenamiento de un perro que será utilizado para detectar narcóticos comienza a partir de las primeras 48 horas de haber nacido.
Desde ese momento comienza la motivación en el perro de lo que va a ser su comportamiento en la sociedad, y también se motiva el sistema nervioso del perro. Pero todo el gran trabajo lo realiza el criador o adiestrador.
Cuando el perro adquiere una edad de un año o un año y medio, que es la edad promedio para iniciar con el entrenamiento, lo primero que se hace es una prueba de selección.
Es decir, se establecen los estándares que se buscan: que el perro sea sociable, que no sea agresivo, que juegue bastante con diferentes tipos de juguetes como toallas, pelotas de tenis, entre otros, y que sea perseverante e independiente del guía.
Todo eso garantiza que el perro no tenga temor y que sea bien sociable.
Cuatro en uno
Para que un can detecte los narcóticos debe estar en un constante entrenamiento de uno a dos meses cuando ya cumple un año, o a más tardar un año y medio.
Anteriormente, los perros solo eran adiestrados en la detección de una sola sustancia o producto, y el tiempo de entrenamiento mínimo era de dos meses por cada perro.
Sin embargo, el método que se utiliza actualmente es “cuatro en uno”. Eso significa que se colocan cuatro o más muestras de olores diferentes en un solo recipiente, es decir cocaína, heroína, éxtasis, marihuana y papel moneda”.
Todas las muestras se colocan en un recipiente de recompensa primaria, es decir que se coloca una muestra en una cajita por separado. Es allí donde se lleva al perro para que introduzca su nariz en el recipiente y luego se le da el juguete.
Una vez introducida la nariz en el recipiente, se le van impregnando los olores.
El perro no tiene contacto directo con los narcóticos, o sea con la droga. El perro en ningún momento consume droga, como se tiene la idea de manera errónea. “El perro simplemente asocia el juguete con los olores de las sustancias que se quiere que el perro aprenda a detectar”, explicó Vidal Sánchez.
Una vez que el perro detecta un olor, el adiestrador lo premia y empieza a jugar con el perro, por lo que va a asociar el juguete con los olores de la sustancia.
Se ha comprobado que en una semana un perro ya conoce los cinco diferentes olores, por lo que después de ese período de una semana se separan los olores.
Cuando se realiza la separación de los olores el perro comienza a indicar en las muestras de olores qué se le ha enseñado a detectar.
Diferentes horarios
Las horas de entrenamiento de los perros van a variar porque hay un proceso que se llama “entrenamiento de conflicto”.
Ese entrenamiento de conflicto en el perro consiste en variar el horario en que se somete al can a la acción porque si solo se trabaja con él en horas de la mañana, se va a acostumbrar únicamente a esa jornada y no va a querer trabajar ni en la tarde ni en la noche.
Cada perro debe trabajar 20 minutos ininterrumpidos y luego descansar otros 20 minutos. En el descanso se le da agua y comida. Y así se puede pasar todo el día con ese proceso.
El tipo de comida que se le da a un perro es procesada y debe reunir los nutrientes necesarios para un perro de trabajo, porque se mantiene quemando muchas calorías. El perro que trabaja y no se alimenta no va a rendir lo que se espera.
Después de que el perro desayuna por la mañana hay que esperar dos horas para trabajar, esto para evitar que se produzcan problemas gástricos y el perro se pueda morir.
El perro debe descansar toda la noche, a menos que el perro esté en un operativo. Pero si el perro trabajó toda la noche, al siguiente día hay que darle descanso.
Se consiente
Durante el entrenamiento y el trabajo debe haber una proporcionalidad de cinco a uno, es decir, que si a un perro se le da corrección de uno, el elogio para el canino debe ser de cinco.
Eso se debe a que los perros son muy sensibles. Durante el día, el guía debe darle un masaje a su perro en el cuerpo con la punta de los dedos.
Con eso se determina si el perro tiene algún golpe o si le duele alguna parte de su cuerpo o si tiene parásitos en la piel.
El guía debe peinarlo diariamente. Primero en contra del pelo y luego a favor del pelo. Esto para remover la piel muerta, darle la apariencia de brillo y evitar los parásitos en la piel.
Además de eso, la perrera debe estar aseada por lo menos dos veces al día y el agua debe estar de forma permanente.
Algo muy importante es que el baño no es diario. El perro tiene un olor característico, por lo que el baño para un perro de trabajo debe ser cada 15 días, porque cuando se somete a los perros a un baño frecuente se le quita el aceite natural que tiene y se reseca la piel y se expone a infecciones.
El chequeo con el veterinario debe ser semanal. Con ello se va a determinar si está bajando de peso, si hay que cambiarle la comida o si le falta algún nutriente, es por eso que hay que chequearlo.
El guía del perro es el responsable, por ello debe observar las condiciones del perro y debe saber cuándo el perro tiene que visitar un veterinario.
El perro ideal
Las características que debe tener un perro que detecta narcóticos es que tenga la nariz larga, porque los perros que son nariz corta tienen problemas para transpirar los olores y permanecen con la boca abierta, y el perro cuando tiene la boca abierta no está olfateando.
“El perro con la nariz corta casi siempre tiene la boca abierta. Es por eso que la raza que más resultados ha dado por nuestro clima y la demanda de trabajo que se tiene es el pastor belga malinois, ya que es un perro resistente y puede trabajar un día completo y no le afecta”, contó el entrevistado.
Al consultar a qué distancia un perro detecta el objetivo, el especialista considera que “la razón por la que el perro encuentra los olores es por lo que se llama ‘cono de olor’”.
El cono de olor es el área de desplazamiento de las partículas olorosas o las corrientes del viento. Un perro puede estar a kilómetros.
Es por eso que cuando una perra está en celo, el perro lo puede percibir a kilómetros y el perro se va a trasladar hasta donde esté y eso es el cono de olor.
El viento lo va llevando y el perro se va guiando a través del cono de olor hasta llegar al objetivo.
Cuando se trabaja con un perro en una carretera y se está en dirección del viento, desde lejos el perro puede detectar que hay un olor por el cual ha sido entrenado y llegar hasta donde está la fuente.
En ese momento lo que el perro hace es que da una alerta, que se diferencia de lo que es una indicación.
Cuando el perro entra al cono de olor da una alerta y por eso es importante el adiestrador, quien es el que conoce al perro.
Cada adiestrador o manejador que se entrena con su perro, va a conocer cuál es la alerta, qué es lo que sucede. Para el caso, el perro va a empezar a respirar más fuerte o se va a notar en el cuerpo como que está nervioso, porque quiere encontrar su juguete o va a aumentar la forma de buscar y se va a poner más acelerado y va a seguir, ayudado por en el viento, hasta encontrar la fuente y nos va a dar la indicación.
Si en este caso la indicación es pasiva, el perro se va a sentar donde está la fuente. Eso es cuando está alertando y que llegó donde está el cono o el objetivo.
A raíz de eso lo recomendable es que el perro viva con el guía, pero en los países como Honduras no se dan las condiciones para que el perro pase en la casa, por lo que se establece que el guía pase la mayor parte del tiempo con su perro.
La edad promedio de trabajo de un perro es de cinco años y puede llegar a los 8 o 9 años, luego se jubilan, dependiendo del cuidado del perro.
La mayoría de los perros se donan a sus mismos guías, ya que se crea un lazo familiar, y esa convivencia lógicamente permite que cuando están jubilados, estén tranquilos.