Tegucigalpa, Honduras
La suspensión por 180 días de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, es una evidencia de que el socialismo en América Latina “ha empezado a morir”.
En estos términos se pronunció el jueves el analista político y exdiputado nacionalista, Raúl Pineda, quien no descarta que el fenómeno tenga un impacto negativo de tipo moral en la izquierda hondureña que proyecta gobernar el país.
“Hay un hecho evidente y es que la gran esperanza del socialismo ha empezado a morir, porque cuando la izquierda gobierna no hay muchas diferencias con lo que hacen los capitalistas”, dijo el entrevistado.
A esto “hay que agregarle el fenómeno del consumismo que ha venido a sustituir las ideologías”, que se complementa con otro problema que ha tenido la izquierda a la hora de gobernar: “su incapacidad de genera economías auto rentables”. Una de las causas que provocó la caída de la presidenta de Brasil fue, precisamente, el deterioro de la economía, consideró.
El Senado brasileño suspendió a Rousseff para someterla a un juicio político en vista de que se encontraron evidencias de que manipuló cifras económicas públicas, entre otras.
Otro caso que está influyendo en la caída del socialismo, según Pineda, es que esta forma de gobierno “ya dejó de interesar a la mayoría de las sociedades. A ellos ya no les interesa el modelo socialista”.
“Lo que ha pasado en Brasil, la pérdida del referéndum para la reelección de Evo Morales, la crisis de Venezuela y la prohibición para que Corea puede reelegirse significa que el barco de la izquierda está haciendo aguas”, valoró.
Solo gobiernan
Bajo esta perspectiva, la izquierda latinoamericana ha llegado débil a dirigir los países, en este caso Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia.
“Entonces, la izquierda llega a asumir el gobierno, pero no asume el poder. Tiene que convivir con sectores que no están sujetos al control. Caso diferente es el de Cuba, donde existe por un proceso revolucionario que le da el gobierno y le da el poder”, opinó.
Ya en el gobierno, según este analista, la izquierda “se comporta en la administración de la misma manera en que se comporta la derecha, por lo menos en el tema de la corrupción”, de ahí los problemas que tienen sus gobiernos.
Para el entrevistado, “hoy el modelo de izquierda de vocación insurreccional ya no existe”. Aparte de su debilidad a la hora de gobernar, atizada por la corrupción, se suma la influencia poderosa de Estados Unidos.
“Hoy la gran lucha en el continente americano es el acomodo de todos los gobiernos a la política de la potencia central. Fracasado el proyecto de controlar el (Medio) Oriente, Estados Unidos empieza a generar una enorme influencia en América, donde están los mismos recursos que pueden obtener de Oriente sin los costos militares que pueda significar un conflicto bélico”, dijo el observador.
Repercusión en Honduras
Lo ocurrido en Brasil, y la situación difícil que está pasando la izquierda en el resto de Latinoamérica, tendrá su repercusión en Honduras, según Pineda.
“Moralmente es un fuerte impacto para la izquierda hondureña, que es una de las izquierdas más reaccionarias de América. Una izquierda soñadora que se quedó en la caverna de la historia”, refirió Pineda.
“Hoy la izquierda debe entender que en el siglo XXI solo puede hablarse de reformas, que el término revolución ya no es un lenguaje actualizado. La izquierda hondureña tiene que readecuar su pensamiento a nuevas realidades económicas”, concluyó.
OTRAS OPINIONES:
“Es lección para los que se creen salvadores”
Para Fernando Anduray, analista y miembro de la Comisión Política del Partido Nacional, “la situación de Brasil es una lección más para los que creen que providencialmente pueden convertirse en salvadores de las naciones”.
“Lo que le está pasando a Dilma Rousseff y a otros gobernantes del populismo es el reflejo de la falta de preparación para gobernar y que creyeron que con gritos en la calle y acusaciones infundadas podrían ellos hacer un buen gobierno”, dijo Anduray.
“En Honduras, este gobierno no se presta para que se de ese tipo de situaciones porque hay un presidente respetuoso de la ley, y que tiene el respaldo del pueblo y del Partido Nacional”.
No se puede comparar Brasil con Honduras
En nada afecta la moral del partido Libertad y Refundación (Libre) por lo que pasó en Brasil, según Benedicto Santos, miembro del equipo jurídico de este partido.
Toda relación que analistas o personas interesadas quieran hacer del caso de Brasil con el partido Libre en Honduras no es más que parte de la campaña de destrucción que han emprendido, declaró.
“Desde un escritorio se puede decir un montón de cosas. La situación geopolítica de Brasil con Honduras es otra cosa. Centroamérica es muy distante de los problemas que están pasando en Brasil”, expuso Santos.
En Honduras, añadió, “lo que hay es una enorme pobreza y el pueblo ya está cansado”.
Sí puede tener una repercusión en Honduras
“En Honduras, lo de Brasil puede tener una repercusión, no solo en los partidos de izquierda sino también en la reelección”, dijo Jorge Yllescas, analista.
A juicio de Yllescas, tanto la izquierda como la derecha, en materia de corrupción, “en la práctica han sido prácticamente iguales”.
“En América Latina se han estado dando una serie de fenómenos en los gobiernos de corte populista. Lo que les ha caracterizado ha sido la corrupción y la impunidad”, añadió.
Según Yllescas, “hay que lamentar lo que ha sucedido en Brasil?, con la suspensi?n de la presidenta Rousseff.
“En Brasil se han cometido muchos errores en las cuestiones económicas internas”, justificó.