Días atrás enfrentaron la triste noticia de la muerte de Itón Castellón, padre de familia que pereció en medio de la devastación de la tormenta Eta.
Este martes en la aldea misquita Kaukira, en South Cay, la familia Castellón se preparaba para darle el último adiós, mientras esperaban la llegada de los restos de Itón.
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Itón trabajaba en la pesca en alta mar cuando él y otro grupo de misquitos fueron atrapados por el huracán cuando todavía no bajaba de categoría 5. El hondureño sufrió un ataque al corazón en medio del azote de la tormenta.
Tras enterarse del deceso, su familia rentó una lancha para ir por el cadáver de su ser querido, pero la sorpresa llegó cuando ya todo el servicio fúnebre estaba preparado a la espera del cuerpo y posterior entierro.
En el lugar se escucharon gritos de asombro y aplausos debido a que Itón Castellón había llegado, pero no muerto sino con vida.
Todo parece indicar que lo que parecía un paro cardíaco en realidad fue un desmayo producto de la violencia del huracán que los alcanzó como pequeñas hormigas en medio del abrumante océano.
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'Fue algo muy impresionante para la familia y amigos de la comunidad, unos cantaban y otros gritaban de la alegría y tanta emoción agradeciéndole a Dios por el regreso de su hijo', expresó Marylin Bendles, una de las presente.
'Por la gracia de Dios estoy vivo', fue lo poco que alcanzó a decir el hombre ya que no podía hablar, pues la experiencia fue aterradora.
Las inundaciones provocadas por Eta en Puerto Lempira han dejando cuantiosas pérdidas en diferentes comunidades misquitas, zona casi en abandono por parte de las autoridades.
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