TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Un verdadera fiesta se vivió al arribo de la ayuda humanitaria de El Salvador para los compatriotas que sufrió embate de la
tormenta Eta.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, cumplió la promesa hecha el sábado de que enviaría a 100 rescatistas, maquinaria y paquetes de alimentos por valor de un millón de dólares para ayudar a los afectados por las intensas lluvias que dejaron decenas de muertos en Honduras; la misma cantidad de ayuda se destinó a Guatemala, afectada también por Eta.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, cumplió la promesa hecha el sábado de que enviaría a 100 rescatistas, maquinaria y paquetes de alimentos por valor de un millón de dólares para ayudar a los afectados por las intensas lluvias que dejaron decenas de muertos en Honduras; la misma cantidad de ayuda se destinó a Guatemala, afectada también por Eta.
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La valiosa ayuda ingresó desde ayer y hasta esta madrugada al territorio hondureño en medio de la algarabía de los copanecos que al paso de la caravana humanitaria se agolparon a las calles para saludar el apoyo.
Los festejos fueron captados en videos y compartidos en las redes sociales, en donde las personas, portando los pabellones de Honduras y El Salvador, observaban el paso de los camiones que traían la ayuda.
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Los daños provocados por el devastador huracán Eta son incalculables en el valle de Sula, zona mayormente afectada. Al menos unas 60,000 familias serán beneficiadas con la asistencia del vecino país.
La alegría por la ayuda salvadoreña fue tan bien recibida que hasta Bukele bromeó en su perfil de Twitter que se sentía conmovido por la acogida que le daban ganas de tomar su helicóptero y aterrizar en medio del festejo.
A raíz del fenómeno se contabilizan 57 personas fallecidas, ocho desaparecidos, 1,872,019 personas afectadas, 41,945 personas rescatadas, 14,242 viviendas afectadas y 21 puentes destruidos, entre otros.
La devastación que se observa en las partes bajas de La Lima, Omoa, Puerto Cortés, Chamelecón y en colonias de la ciudad de San Pedro Sula es el reflejo de la furia con la que ingresó el fenómeno natural a la zona norte del país, por lo que la llegada de la ayuda del vecino país llenó de esperanza al pueblo hondureño.
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