Es necesario que exista una “cadena de cambios” en la sociedad para que haya mas respeto a los derechos de los homosexuales y que la iglesia se acerque más a este grupo, consideró Primer enviado especial del Departamento de Estado por los derechos de la Comunidad Lésbico, Gay y Transexual (LGTBI),Randy Berry.
Para ampliar las oportunidades de inclusión de la LGTBI se requiere que la gente “hable del asunto” y por eso positivo las encuentros en donde se debatan esos asuntos, consideró.
Berry llegó ayer al país para participar, junto a el alcalde de Long Beach, Califormani, Roberto García, en la Conferencia de Encuestros Políticos LGTBI de América Latina y el Caribe que se desarrollara del 2 al 3 de octubre de 2015 en Tegucigalpa.
Uno de los principales retos de la comunidad homosexual es luchar contra la estigmatización, pero dijo que entendía que lograr una “mayor equidad” pueda tardar varios años.
Alabaló la aprobación de legislaciones que permiten ejecutar “buenas prácticas” para defender los derechos de los homosexuales como Saudáfrica, Argentina, Uruguay y Chile, por ejemplo.
En ese sentido, consideró oportuno que más naciones aprueben leyes que perimitan las uniones de personas del mixmo sexo.
Berry es homosexual esta casado con un hombre y tiene dos hijos.
La justicia de Estados Unidos condenó a un mes de prisión a una funcionaria que se negó a emitir licencias de matrimonio para parejas del mismo sexo.
Según Berry, la servidora sancionada “ involucró sus creencias personales y no hay duda que se equivocó”
El veedor de los derechos homosexuales consideró que la legislación que ampara a los hombres y mujeres a contrar matrimonio con personas del mismo género no es atentatorio contra la fe.
“No entiendo por qué esto debería de ser una amenaza a la fe de una personas, todo mundo puede creer en lo que quiere”, pero lo que no es correcto es actuar con sesgo religiosa a la hora de tomar una decisión legal, opinó.
Acotó que le molestaba que las personas hablen de proteger a la niñez de personas homosexuales porque se les considere peligrosas, situación que pone en evidencia la estigmatización hacia ese grupo.