Tegucigalpa, Honduras
Salió de su casa a las 5:30 AM, le dijo a su esposa e hijo que los vería en la tarde sin saber que sería el último beso que les daría en su vida.
Marvin Alexander Sánchez García (35) era padre de tres jovencitos de 17, 15 y 13 años, producto de dos matrimonios, y trabajaba como taxista desde hace más de una década.
Era originario de Intibucá y residía en el barrio San Cristóbal, de Comayagüela.
Alegre, solidario, amoroso, responsable, respetuoso y fiel seguidor de Dios, son algunas de las cualidades que tenía “Alex”, como le decían sus parientes y amigos, quienes lo describen de esa manera.
El taxista falleció en la sala de operación mientras era intervenido luego de recibir un disparo por parte de José Luis Galdámez, diputado del Congreso Nacional por el partido Libertad y Refundación (Libre).
Las autoridades hospitalarias informaron que sufrió dos infartos.
Y es que el disparo, hecho a corta distancia, le perforó varios órganos vitales, por lo que su salvación dependía de un verdadero milagro.
Reclamo
Dolor, impotencia, indignación y repudio son algunos de los sentimientos que dijeron sentir los familiares, amigos y compañeros de “Alex”, al saber que un diputado, padre de la patria, fue el responsable de su asesinato, acto que solo se esperaría de un delincuente, según comentaron.
Uno de los taxistas contó a EL HERALDO que tras las dos detonaciones (una al aire y otra a la humanidad), “Alex” cayó al suelo.
Al sentir que la vida se le escapaba, se llevó su mano al costado ensangrentado y con mucha dificultad volvió a ver a Galdámez y le dijo: “Pucha hermano, voté por vos y me heriste”.
Galdámez resultó electo diputado por Francisco Morazán en noviembre pasado. Aspiró por el partido Libre de Manuel Zelaya Rosales.
Lesly Corea, madre de los dos hijos mayores del taxista, lamentó que su hija ya no podrá disfrutar su graduación de secundaria junto a su padre.
“Era un hombre responsable, siempre estaba pendiente de sus hijos, la niña (17 años), este año se nos gradúa y él estaba muy feliz por eso”, relató.
Comentó que cuando la muchacha se dio cuenta del asesinato de su padre solo pudo decir “mami, mi papá ya no estará conmigo, no me llevará a la graduación”.
Agregó que producto de su relación también existe otro menor de 15 años que estudia en un colegio de la capital.
“‘Alex’ quería ver a sus hijos graduados, les decía que estudiaran, que quería verlos triunfar”, recordó entre lágrimas.
Por su parte, María Sánchez, hermana mayor de Alex, dijo que su hermano era una gran persona y que sus hijos lo tenían como ejemplo ya que siempre estaba trabajando, se dedicaba a su familia y la iglesia, en donde era compositor de canciones.
Con el rostro bañado en lágrimas, la mujer comentó que hace tres meses murió su padre, dolor del que aún no se recuperan “y Dios nos pone otra prueba dolorosa y dura para nosotros”.
“Hermano, yo estoy con vos en cualquier cosa y situación”, mi hermano siempre me decía eso cuando yo tenía problemas o necesitaba algo, recordó Felipe García, hermano materno del taxista asesinado.
“Parecía que él era el mayor y no yo, siempre estaba pendiente de mí y como trabajábamos juntos nos llevábamos muy bien, solo éramos nosotros dos”, dijo.
Afirmó que no presenció el momento en que su hermano fue mortalmente herido, sino cuando llegó al punto, ya que también es taxista, sus compañeros le contaron del hecho y de inmediato se trasladó al Hospital Escuela Universitario, pero su hermano ya había muerto.
La actual esposa, ahora viuda de Marvin Alexander, estuvo unos minutos en la morgue del Hospital Escuela Universitario, pero la angustia, desesperación y dolor se apoderaron de ella y tuvo que regresar a su casa, en donde permanecía bajo el cuidado de los miembros de la iglesia a la cual asistía junto a su esposo e hijo de 13 años.
Justicia
De diferentes bocas pero el clamor es el mismo, ¡Justicia! por el asesinato de Marvin Alexander.
Rosa Emilia Flores, cuñada del ruletero, pidió que se haga justicia en la muerte de su pariente.
“Que se haga justicia, que porque tiene un gran cargo, porque es diputado, que no quede libre”, demandó.
“No es un perro al que mataron, es un ser humano y queremos que se haga justicia, eso es lo que pedimos nosotros”, recalcó.
Por su parte, compañeros del punto de taxis de la Villa Olímpica-Centro lloraron la muerte de “Alex”, “el más antiguo del punto”.
Y también exigieron que al responsable de su muerte se le aplique todo el peso de la ley, “piensan que los taxistas no somos nada, pero también somos personas que trabajamos para salir adelante”, comentó uno de ellos.
Pedro Gómez, dirigente del rubro del taxi, pidió que Galdámez sea destituido como diputado del Congreso Nacional. Describió el crimen del diputado como “un acto de prepotencia, de violencia”.
Pidió al gobierno que no permita que el asesinato quede en la impunidad “y que también lo expulsen del Congreso Nacional porque no creo que se pueda tener a un padre de la patria, que supuestamente son defensores del pueblo, no puede ser así”.
Adelantó que van a convocar a una asamblea para pedir justicia, y si no aplican la justicia va a ser peor la cosa, sentenció.
El transportista advirtió que si Galdámez queda en libertad realizarán un plantón nacional porque el asesinato del taxista no puede quedar en la impunidad.
Por otra parte, taxistas del punto en que trabajaba el ahora occiso hicieron una sola voz al criticar el accionar de los agentes de la Policía Nacional que se encontraban en el lugar cuando se registró el crimen. Afirmaron que la muerte se pudo evitar si ellos hubieran intervenido.
“Ellos no hicieron nada, no detuvieron los insultos de los dos diputados y cuando él (Galdámez) le disparó, el policía en vez de capturarlo le escondió la pistola y lo estaba dejando ir, pero nosotros no dejamos”, relató.
“Alex” era un buen compañero, siempre estaba pendientes de todo, cuando alguien no llegaba a trabajar lo llamaba por teléfono para saber si estaba bien.
En horas de la noche los familiares del taxista no habían logrado ponerse de acuerdo de donde sería su velatorio y entierro, ya que la esposa decía por medio de sus familiares que en Cantarranas, Francisco Morazán, mientras que sus hermanos decían que en Siguatepeque, Comayagua, junto a la tumba de su padre.