TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las comunidades indígenas que habitan en La Mosquitia hondureña se declaran en alerta por el anuncio de la construcción de dos cárceles de máxima seguridad, una de ellas en la zona selvática entre el municipio de Patuca, Olancho, y el departamento de Gracias a Dios.
Los líderes comunitarios consideran que la construcción de un centro penal en la zona que alberga una de las reservas naturales más grandes de la región constituye una gran amenaza para la población, por lo que se oponen a su construcción.
“En el tema de la cárcel no ocupamos que nos consulten, no lo han hecho, pero tampoco ocupamos que lo hagan; La Mosquitia rechaza en su totalidad ese proyecto”, aseguró Ranulfo Julián Andares, presidente de la organización Miskitu Asla Takanka (Masta).
El dirigente indígena manifestó que con la construcción de la cárcel viene una carretera, lo que amenaza la seguridad, tierras y recursos naturales que por años han protegido las comunidades. “Construyendo una carretera la amenaza para nosotros es de dos cosas; uno, que le facilita la invasión a los terceros y, la otra, que los destructores de los recursos naturales vendrán”, dijo.
“En vez de llevarnos desarrollo quieren llevarnos los reos de alta peligrosidad; eso es un peligro para la sociedad entera y también un peligro para la destrucción completa de nuestros recursos naturales”, advirtió. En el departamento se encuentran asentados tres pueblos originarios: tahwakas, garífunas y misquitos, los cuales representan el 95% de la población.
La diputada liberal Ericka Urtecho considera que en vez de llevar cárceles se deben mejorar las condiciones de vida de alrededor de 110,000 personas que viven en el departamento de Gracias a Dios. “Antes de necesitar una cárcel lo que necesitamos es infraestructura escolar, centros de salud, otro hospital, por lo tanto, estamos confiando en que la presidenta Xiomara Castro apoye con otros proyectos a favor del pueblo de La Mosquitia”.
Apuntó que en otros municipios donde se han construido prisiones han tenido un repunte de la violencia y no quieren que suceda lo mismo con su departamento.