TEGUCIGALPA, HONDURAS-. La imposición de la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Rebeca Ráquel Obando, en la rotación de las salas del Poder Judicial ha creado una nueva crisis con consecuencias impredecibles en el país.
Obando había dicho en un mensaje en su cuenta de X -el 31 de enero- de que las rotaciones se harían de conformidad al Reglamento Interior de la CSJ, sin embargo, este viernes incumplió su palabra y se hizo al margen de esta disposición legal.
En ese mensaje Obando garantizó que la sonada intensión de alterar el orden de precedencia en la CSJ se trataba de meras especulaciones y que la rotación de la presidencia de la Sala Constitucional y de las coordinaciones de las otras salas se haría apegado al reglamento.
La manzana de la discordia es la estratégica y clave Sala Constitucional que por orden de precedencia al momento de ser electo por el Congreso Nacional le correspondía asumir la presidencia a Fernando Padilla, del Partido Nacional, pero impuso a Wagner Vallecillo, del Partido Liberal y afín a Yani Rosenthal.
Contradiciendo su postura del 31 de enero, la decisión de Obando que la oficializó hoy por redes sociales ha creado un tsunami de críticas y cuestionamientos que algunos ya llaman un golpe propinado por Ráquel Obando, por instrucciones de la alta cúpula de Libre.
Sin dar la cara
El portavoz del Poder Judicial, Melvin Duarte, leyó esta mañana ante los medios de comunicación el oficio donde Ráquel impone a Wagner Vallecillo en la Sala Constitucional y además altera el orden de precedencia en la Sala Civil, asignando la coordinación a la magistrada nacionalista Gaudy Bustillo, quien la ha rechazado, ya que le corresponde a la magistrada Eugenia Esperanza Galeano.
Curiosamente en las salas Laboral de lo contencioso administrativo y la Penal se siguió el orden de precedencia que establece la elección en el Poder Legislativo, lo que genera mayor suspicacia en los sectores sociales y políticos del país.
El abogado constitucionalista, Juan Carlos Barrientos, ha evidenciado el zarpazo en la CSJ asegurando que “nunca se había visto tal desparpajo a nivel de la Corte Suprema de Justicia que ha sido un santuario donde el pueblo espera que haya transparencia”, por primar los intereses de los políticos.
“Creo que es un zarpazo desde el hecho que se especulaba con las rotaciones y ahora por un capricho político venir y no respeta la precedencia”, calificó.
Cinco magistrados nacionalistas exigen a Ráquel Obando que convoque al pleno cuanto antes para la escogencia de presidente u coordinadores de las salas y demandan que rectifique la imposición que, sin facultad, ha tomado como titular del Poder Judicial.
¿Dónde está la trampa?
Aunque en su posteo en X, donde oficializa la imposición Ráquel Obando deja entrever que sí respetó el orden de precedencia y la rotación en las salas en base al Reglamento Interior de la CSJ en su artículo 16, ningún sector social se ha pronunciado a favor de la determinación.
La presidencia de la Sala Constitucional del Poder Judicial (PJ) le corresponde asumirla al magistrado Luis Fernando Padilla Castellanos; así quedó establecido en el pleno administrativo de magistrados, celebrado la madrugada del viernes 17 de febrero de 2023.
El orden de precedencia está plasmado en el oficio PCSJ no. 92-2023, el que manda que Luis Padilla está en la segunda posición de integración de la Sala Constitucional.
La precedencia de los magistrados en la integración de las Salas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), queda establecida desde la votación misma en el Congreso Nacional, en este caso el pasado 16 de febrero de 2023.
Luis Padilla fue electo posterior a la magistrada Sonia Marlina Dubón Villeda y al momento de integrar las Salas prevalece ese mismo orden en el que fueron electos.
En ese sentido, Wagner Vallecillo ocuparía la tercera posición en la Sala Constitucional, por lo que tendría que asumir la presidencia de la Sala Constitucional hasta el 17 de febrero de 2025.
Protestas en el Poder Judicial
En las afueras de la CSJ se desplegó un dispositivo de seguridad con más de 80 elementos policiales para contener la protesta de ciudadanos integrados en el Bloque de Oposición Ciudadana (BOC) que indignados por tanto abuso, se han apostado en la zona.
“Nos molesta la ilegalidad, estamos listos para defender la Constitución. Este gobierno a todo le quieren dar golpe y no se los vamos a permitir; ¡No más ilegalidades, no queremos ser una Cuba o una Venezuela!”, aseguraron los manifestantes.
La indignación es generalizada en la sociedad hondureña. Analistas y líderes políticos de oposición advierten que las intenciones de Libre es tomar el control en todos los poderes del Estado para perpetuarse en el poder.