San Lorenzo, Valle
Como si fuera un capítulo más de la novela “Alicia en el país de las maravillas”, los parques y plazas de la ciudad de San Lorenzo, Valle, despiertan la imaginación de chicos y grandes.
Jugar a ser perseguidos por un lagarto de más de cinco metros de largo y jinetear un caballito de mar son solo algunas de las historias que se pueden imaginar los niños y adultos que recorren estos sitios turísticos de la ciudad puerto, como le conocen al sector. Recorrer estos espacios de sano entretenimiento es una experiencia sin igual.
Y es que con sus gigantescas esculturas de animales marinos, terrestres y el homenaje a la noble labor de la pesca, convierten al poblado en templo del arte y la escultura.
En la ciudad se contabilizan unas 30 esculturas, de las cuales más del 70 por ciento se encuentran en espacios públicos y el 30 por ciento restantes dentro de centros educativos y empresas.
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Exaltar la diversidad
La iniciativa de construir esculturas que representaran la biodiversidad marina que existe en la zona se remonta a los años 70, siendo alcalde Armando Reyes.
El precursor de amplificar las criaturas marinas fue Miguel Ángel López Soriano, escultor de la zona, quien cada año replicaba a gran escala, y en madera, los animales marinos existentes en el lugar para decorar las carrozas que presentaba durante el desfile de clausura en la feria de San Lorenzo.
Para la feria de 1977, López Soriano construyó un canecho, captando la atención de propios y extraños.
La belleza y distinción de las imágenes cautivaba a todo el que las veía, por lo que cada año le eran solicitadas al escultor para que fuesen exhibidas en la costa norte del país.
Ante la algarabía que las esculturas promovían, el alcalde Armando Reyes decidió que estas estatuas deberían estar ubicadas en un sitio de privilegio en el poblado, en homenaje a la riqueza natural y cultural del poblado, por lo que se resolvió que la sede de la misma sería el parque central.
El edil convenció a Miguel López de construir la estatua de hierro y concreto para que las mismas fueran duraderas y con el paso de los años le dieran identidad al poblado, logrando su cometido.
Los trabajos para la creación de la escultura del canecho se extendieron por dos meses, utilizando a un crustáceo disecado para replicar con exactitud sus rasgos más predominantes, inaugurándose en el año de 1978.
La escultura del lagarto fue la segunda figura que se construyó en el parque, la cual inicialmente fue edificada en madera y cubierta por una lona, para luego fundirla en cemento y hacerla duradera.
“Es un fragmento de la historia que todos los oriundos y habitantes de San Lorenzo debemos conocer”, aseguró Lenín Burgos, fundador del programa televisivo “Dialogando con personajes del pueblo”, el cual recoge datos históricos de la comunidad.
Con el paso de los años, las autoridades locales y los artistas acordaron crear más estatuas, ampliando considerablemente las obras a lo largo de la ciudad.
El parque central es el sitio que alberga la mayor cantidad de obras, manteniendo al menos cinco figuras, entre las que se encuentran una tortuga, un lagarto y el caballito de mar.
El centro turístico La Cabaña, en donde se ubican los más importantes restaurantes de la zona, es otro de los sitios en donde los turistas pueden apreciar estas pintorescas obras de arte.
En este lugar se aprecia una jaiba, un caballito de mar y dos hermosos delfines que debido a la ubicación de los mismos se convierten en el principal atractivo, puesto que cuando la marea sube, las imágenes parecen cobrar vida y jugar con el agua del mar.
La vista del golfo y el manglar se mezclan con un enorme rótulo que sostiene la palabra “San Lorenzo”, convertido ahora en uno de los lugares más fotografiados de la localidad.
“San Lorenzo está cambiando y cada vez sus autoridades se preocupan porque la ciudad esté más bonita y atractiva para los visitantes, quienes cada fin de semana vienen a pasar un tiempo en familia y disfrutar de la biodiversidad marina tanto del golfo como de las estatuas que nos representan a nivel nacional”, declaró Burgos.
El legado
La belleza y el atractivo de las estructuras pasaron de ser un atractivo turístico a convertirse en un legado para las nuevas generaciones de artistas y artesanos de la zona.
El hijo de don Miguel López, “Miguelito”, como le conocían en la localidad, fue uno de los artistas que continúo con el legado de su padre, llenando de orgullo a la familia por ser parte de la historia de la ciudad que los vio nacer.
También destacan personajes como Kennedy Banegas y muchos otros jóvenes que están incursionando en el mundo artístico de la zona.
“Tenemos muchos artistas buenos en la localidad, pero necesitamos del apoyo de las autoridades y de la ciudadanía para que este arte no se pierda”, dijo Kennedy.
