La Secretaría de Seguridad pretende excluir más de mil muertos que el Observatorio de la Violencia registró como parte de los homicidios ocurridos en el primer semestre de 2013 y así proyecta aplicar una dramática reducción en la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes.
El Observatorio de la Violencia contabilizó 3,547 homicidios entre enero y junio de 2013, pero Seguridad dice que en realidad solo hay unos 2,629 debidamente certificados, de acuerdo a documentos de esta primera entidad.
El argumento para no reconocer esta elevada cantidad de decesos es que, según el gobierno, no hay cuerpo ni denuncia sobre estos difuntos, aunque el organismo veedor asevera que tiene documentos de que esas muertes sí están registradas.
El ministro de Seguridad, Arturo Corrales, dijo que al momento de asumir el cargo ordenó la revisión del método mediante el cual se contabilizan los homicidios y, sostiene, que detectó un error en el cálculo
que efectúa el Observatorio de la Violencia porque no se ha aplicado un “flujograma”.
Según el funcionario, el Observatorio de la Violencia no ha aplicado los pasos de un mecanismo denominado Indicadores Estandarizados de Convivencia y Seguridad Ciudadana que se debe hacer para contabilizar homicidios.
Este procedimiento establece que para acreditar un homicidio se tiene que comprobar que exista el levantamiento del cuerpo por parte del Ministerio Público y la Policía Nacional y luego cotejarlo con la autopsia que haga Medicina Forense.
“Ese flujograma claramente nos determina que tenemos que tener dos categorías en cuanto a homicidios; homicidio es aquel en donde Medicina Forense tiene el cadáver y da las razones de la muerte y lo declara formalmente un homicidio y las incidencias reportadas en donde no hay cadáver, no hay nombre de la persona y no hay denuncia, pues (son) casos por investigar como posible (homicidio), insistió Corrales.
A renglón seguido remató: “Pero si nadie vio el cadáver, nadie sabe el nombre de la persona y no hay denuncia, eso no puede formar parte de la columna de homicidios; tiene que formar parte de la columna de casos de posibles muertes por averiguar”.
¿Entonces esos mil muertos no deben ser contabilizados como homicidios?, se le preguntó a Corrales, quien respondió: “No por la tasa de homicidios anuales; sí deben de estar tomados en cuenta en el contador de incidencias, pero en el contador de homicidios hasta que plenamente haya sido declarado como un homicidio”.
La tendencia
El Observatorio de la Violencia reconoce que las muertes han bajando, pero de forma leve. De acuerdo a la tendencia, la tasa de homicidios cerraría en 80 por cada 100 mil habitantes, lo que representa 5.5 puntos menos que lo reportado en 2012.
El año pasado perdieron la vida de forma violenta 7,172 personas.
Pero la Secretaría de Seguridad dice que al restarse los más de mil muertos, entonces, la tasa de homicidios bajaría a 70 por cada 100 mil habitantes, dice el funcionario.
“En la forma en que se viene practicando el protocolo ya había un descenso de un 6 a un 7 por ciento, pero si aplicamos el protocolo tal y como está firmado por todas las partes y como dice el programa regional de indicadores en las partes bajas de los 70 por cada 100 mil habitantes”.
El ministro Arturo Corrales dijo que se reunió con la coordinadora del Observatorio de la Violencia, Migdonia Ayestas, para explicarle que debía de sujetarse para hacer el cálculo de la tasa de homicidios.
No se retracta
Por su lado, la coordinadora del Observatorio de la Violencia asegura que toda la información recolectada sobre homicidios y que luego se divulga por esa entidad proviene de fuentes oficiales y por ello se da como válida, y por eso no pueden descontar la cifra de muertos como lo pretende la Secretaría de Seguridad.
“No es tal de reconocer, la fuente oficial los tiene, si la fuente oficial brinda esa información, el Observatorio de la Violencia la reconoce”, dijo Ayestas.
La socióloga explicó que desde 2004 esa entidad se apega a un protocolo internacional para hace su medición de tasa de homicidios y que en base a ese sistema se consulta como fuentes de información a la Policía Nacional Preventiva, Dirección Nacional de Investigación Criminal y la Dirección Nacional de Medicina Forense.
No todas estas tres dependencias tienen un mismo dato sobre homicidios, por lo que el Observatorio procede a sumar las cifras de cada uno, siempre y cuando consten en documentos oficiales.
“El Observatorio de la Violencia es serio en ese aspecto, es una metodología que tenemos probada, son varios pasos para hacer un análisis, no es que toma un número que nos da la fuente oficial para desagregarlo de todo, sino que analizamos caso por caso”, insistió Ayestas.
Si la Secretaría de Seguridad no incorpora todos los homicidios que constan en sus archivos “eso es un problema de sus analistas”, consideró.
Los 918 casos que Seguridad pretende no sean contabilizados como homicidios son de muertes que Medicina Forense no tiene registrado porque, en la mayoría de los casos, no hizo levantamiento ni autopsia, pero sí aparecen en reportes de la Policía Nacional, indicó Ayestas.
“El reporte policial dice muerte, dice por arma de fuego, dice nombre y apellido”, remarcó la funcionaria.
Medicina Forense solo realiza autopsias en San Pedro Sula, Tegucigalpa y La Ceiba y de igual manera practica dictámenes in situ con médicos generales en otras 29 ciudades en vista que no tiene capacidad de cobertura a nivel nacional.
De esas 918 muertes que Seguridad pretende desconocer como homicidios, del 86 por ciento (783) se tiene todas las generales y causa de muerte y en el 14 por ciento restante (135), la única información que no reportó la Policía es la identidad, acotó la investigadora.
Ayestas indicó que el Observatorio hace una separación entre homicidios certificados y muertes indeterminadas, por lo que no se puede agregar al renglón de fallecimientos indeterminados lo que está avalado por la Policía Nacional como homicidio.
Para el primer trimestre de 2012 las muertes ubicadas en el apartado de indeterminadas son unas 400, dijo la funcionaria.
La parte de la cifra de homicidios en discordia fue registrada en medios de comunicación, en notas en donde se ve el cuerpo de la víctima, policías acordonando la escena del crimen y médicos forenses haciendo la revisión de los cuerpos.
Ejemplificó que el acribillamiento de Silvia Sarmiento, esposa de Ulises Sarmiento, en junio pasado en Olancho, solo consta en actas policiales y no en Medicina Forense porque familiares de ella no dejaron que se reconociera el cuerpo.
EL HERALDO también intentó abordar a la rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, sobre cómo se piensa solucionar esta discrepancia con la Secretaría de Seguridad, pero dijo que no podía referirse al tema porque antes necesitaba hablar con el titular de esa dependencia, Arturo Corrales, para remarcarle que “esa es la cifra” en referencia a los 3,547 homicidios.
En el corto diálogo con este rotativo también reaccionó sorprendida de que Seguridad proyecte que la tasa de homicidios cierre en 2013 con una tasa de 70 por cada 100 mil habitantes porque “eso no puede ser”, dijo.