Honduras

'Si volteás a verme, palabra que te mato”, amenazaba el violador

El agente es catalogado como un violador serial porque usaba el mismo patrón con todas sus víctimas, que eran niños. Atrapaba a sus presas con la excusa de revisarlas para ver si tenían tatuajes

03.04.2016

Tegucigalpa, Honduras
Su misión era servir y proteger a la población, especialmente a los más vulnerables, entre ellos los niños. Sin embargo, su juramento de protección lo hizo a un lado y según el Ministerio Público, se comportó como el peor de los delincuentes al atacar sexualmente a seis niños con edades entre los 9 y 15 años de edad, todos residentes en el sector de Comayagüela.

Nelson Darío Espinoza es un agente de la Dirección Nacional de Tránsito (DNT) que desde hace varios años estaba asignado a la estación de la colonia Kennedy, pero fue acusado por la Fiscalía Especial de la Niñez de violar a seis menores, con los cuales utilizó el mismo patrón de conducta por lo que fue catalogado como un “violador serial”.

Minutos de terror

Según el requerimiento fiscal, la primera violación se produjo el 1 de octubre de 2015, en la colonia La Soledad, en Comayagüela. Eran las 10:20 AM cuando el menor de 14 años denominado como testigo protegido “Taroob”, caminaba por la mencionada colonia y fue interceptado por el acusado y tras enseñarle el arma de fuego le dijo que caminara normalmente hacía el campo de fútbol de la colonia Cantarero, pero como habían muchas personas lo llevó hasta una casa abandonada donde sacó su pistola y le ordenó que se quitara su camisa para ver si tenía tatuajes de marero. Al verificar que no tenía tatuajes procedió a cometer el abuso sexual.

El 3 de octubre, otro menor de 15 años, denominado “Júpiter”, caminaba a inmediaciones de la colonia Israel Norte, fue interceptado por el agente que lo tomó de un brazo y le puso la pistola en la cabeza. “Quítate la camisa a ver si no tenés tatuajes de maras”, le ordenó. Al comprobar que no tenía, procedió a violarlo.

El 19 de noviembre de 2015, en la Santa Cecilia, el testigo “Prils”, de 14 años, fue interceptado y al mostrarle la pistola lo obligó a cruzar el bulevar Fuerzas Armadas hasta llegar a las antiguas instalaciones de una gasolinera, donde lo violó.

Reaparece

El 28 de enero de 2016, dos amigos designados como testigos “Venus” y “Neptuno”, caminaban a inmediaciones de la colonia Los Laureles, siendo interceptados por el violador. Los obligó a caminar hasta una casa abandonada y les ordena que se quiten la camisas para ver “si no andan tatuajes de mara”.

“Por favor, no nos haga daño”, suplicaron. “Si no se dejan violar los mato a los dos”, dijo el agente a sus víctimas, según consta en el expediente.

Ambos menores trataron de resistirse, por lo que el agente le pegó con la pistola en la cabeza a uno de ellos y su amigo trató de sostenerlo para que no se desmayara.

“Mi amigo trató de verlo y le puso la pistola en la cabeza y le dijo ‘si volteás a verme otra vez, palabra que te mato’”, relató la víctima.

El 27 de febrero, a las 11:30 AM, el testigo denominado “Tao”, de 9 años, caminaba junto a su hermanita por una de las calles de la colonia La Soledad. Fueron interceptados por el sujeto que les enseñó la pistola y les ordenó que lo siguieran o los mataría.

“Yo agarré de la mano a mi hermanita y quería correr, pero me daba miedo por mi hermanita”, testificó el menor. El niño fue violado en la presencia de la menor de siete años.