Tegucigalpa, Honduras
“Y recordar que la vida es solo una, no hay dos, al cuerpo lo que le pida y al que dirán un adiós”.
La anterior es una parte de la canción “Ella”, del cantante guatemalteco Ricardo Arjona, que Silvia Vanessa Izaguirre cantó a todo pulmón.
La estudiante de medicina asistió con una amiga al concierto el pasado 23 de marzo en el Estadio Chochi Sosa de la capital. Seis días después, unos delincuentes cegaron su vida en un violento asalto a un bus interurbano.
Ella venía de disfrutar de unos días de vacaciones que pasó en Trujillo para integrarse a su turno en el hospital donde estaba asignada. Los individuos intentaron abusar sexualmente de ella y al oponerse le dispararon en la cabeza. El violento hecho se produjo a la altura de Nueva Marañones, en Tocoa, Colón.
La joven promesa de 26 años realizaba su servicio social en el Hospital Gabriela Alvarado de Danlí, El Paraíso.
En noviembre próximo iba a recibir su título como médico general de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Silvia se matriculó en la carrera de medicina en 2010 y tras años de esfuerzo y dedicación ya estaba a punto de llegar a la cima, obtener su título.
Sus amigos la describen como una persona alegre, dedicada a sus estudios, responsable, con vocación para ayudar a sus pacientes. Silvia era una estudiante de excelencia académica y recibió diplomas de honor al mérito dados por la UNAH. A ella le gustaba cantar, le gustaban las canciones clásicas y también la música en inglés.
También disfrutaba bailar. Su familia era su mayor tesoro, amaba a sus padres y a sus hermanos. Era una joven amante de los animales, no lo pensaba cuando tenía que ayudar. Su perrita Dasha era muy importante para ella.
Sueño
Al finalizar su carrera deseaba realizar un viaje con sus mejores amigos en un crucero con destino a Miami, Estados Unidos. Luego quería sacar la especialidad y convertirse en gran cirujana para ayudar a la gente.
Esos eran los planes que tenían, así lo contó a EL HERALDO Carlos Zelaya, uno de sus mejores amigos, quién la consideraba como una hermana. En un futuro soñaba con casarse y ser madre de dos hijos. Silvia dejó un enorme vacío en las vidas de sus familiares, compañeros y amigos.