TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Unos están preparándose para la siembra, otros sembraron y ya esperan las lluvias, pero todos tenemos el temor de que se cumplan los pronósticos de que la sequía sea severa porque tendríamos muchas pérdidas”.
Esta es la realidad de la mayoría de campesinos de Honduras porque sus cultivos ya dependen de la variación climática, es decir que pueden ser perjudicados por la severa sequía y la ausencia de lluvias por no tener sistemas de riego.
EL HERALDO constató a través de cifras del Banco Central de Honduras (BCH) y la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh) que de las 935,000 mil hectáreas de tierras productivas que tiene Honduras, unas 850 mil están expuestas a las variaciones climáticas, que en su mayoría hace de los cultivos las víctimas perfectas.
En cifras, esto representa que el 91% de tierras agrícolas, además de ser dependiente de lluvias, no cuenta con sistemas irrigables, mientras que solo un ínfimo 9% sí lo tiene.
Para expertos, esta situación deja al país vulnerable en tres aspectos: Honduras tiene menos capacidad productiva de granos básicos u otros cultivos; esto también provoca el fenómeno del migrante climático, que consiste en que campesinos ante cultivos perdidos migran al extranjero en busca de otras fuentes de ingreso económico.
Y por último, el país ya no tiene capacidad de producir lo suficiente para la población, por lo que las importaciones han aumentado.
Emergencia
Para el director ejecutivo de la Fenagh, Guillermo Cerritos, “esto es muy peligroso para un país porque de las áreas seguras de riego depende la seguridad alimentaria de un país”.
Datos de la Fenagh y el Banco Mundial (BM) dejan evidenciado la crisis que en unos años dejará sin frecuente producción de granos al país.
Honduras cuenta con 112,492 kilómetros cuadrados, que en hectáreas sería 11,249,200. De esta última cifra, solo 3,235,000 hectáreas son tierras agrícolas.
“Pero de esto, 2,300,000 hectáreas son pasto, es decir para alimento de ganado bovino, entonces el país solo se queda con 935,000 hectáreas que son aptas para cultivos”, explicó Cerritos.
Sin embargo, el problema se agrava más porque de las 935,000 áreas de tierra, en Honduras solo 295,000 hectáreas son susceptibles a riego.
Esto quiere decir que 640,000 hectáreas de tierras productivas del territorio nacional serían las más perjudicadas ante fenómenos como La Niña o El Niño, ya que no tienen autonomía del clima. Con esto se constató que este territorio obligatoriamente depende de las variaciones climáticas.
Ante este escenario, el país solo tiene asegurado 84,000 hectáreas con riego, una cifra alarmante porque de ahí dependen la producción para consumo interno y lo que se exporta.
Y según la Fenagh, esto no es suficiente para alimentar a la población hondureña porque “recordemos que hay cultivos que se dedican a otras finalidades como la palma africana”.
“Si la población de Honduras solo son 10 millones y solo tenemos 935 mil hectáreas para producir cultivos, por cada hectárea debemos producir alimentos para casi 11 personas”, calculó Cerritos.
“En el caso de las hectáreas regadas, por cada hectárea regada hay 10 sin regar”, agregó.
La situación solo refleja que ante la sequía que azota al país, Honduras solo depende de 84,000 hectáreas de tierra agraria. “El gran desafío es que el país debe ir cerrando la brecha de casi 300 mil hectáreas que tenemos disponibles para ser irrigables”, dijo.
Analizó que si Honduras extiende el área irrigable se “va a disminuir la migración, la pobreza y vamos a disminuir la dependencia de las importaciones”.
Tirza Espinoza, ingeniera de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), explicó que “los sistemas irrigables no solo conllevan una simple instalación, también hay que medir el cuidado de la tierra porque a mucha gente le gusta quemar y hay zonas donde no se puede instalar riego”.
Temor
EL HERALDO contactó a diferentes asociaciones campesinas para atestiguar el comportamiento de la sequía en zonas no irrigables.
La mayoría aquejó que están en suspenso porque no ha llovido lo suficiente para germinar lo que se sembró a comienzos del corriente mes.
“Todavía no podemos diagnosticar o descifrar pérdidas de cultivos...
El problema es que hay productores que sembraron con humedad y eso les afectó”, dijo Dulio Medina, presidente del Programa Nacional de Desarrollo Agroalimentario (Prograno).
Mientras tanto, en Olancho, zona donde se produce la mayor cantidad de granos básicos, se encuentran “preocupados porque por la condición en la que se ha presentado el invierno en este año, algunos productores hemos sembrado en seco, pero estamos con la preocupación de que si no llueve se va a perder”, manifestó Juan Valladares, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Granos Básicos de Honduras.