TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El nombramiento de Carlos Cordero, excomisionado de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), como embajador de Honduras ante el Vaticano a pesar de ser investigado por el Ministerio Público (MP) por supuestos actos de corrupción sigue ocasionando opiniones. EL HERALDO consultó a monseñor Gábor Pinter, Nuncio Apostólico del Vaticano en Honduras, cómo la iglesia toma este tipo de nombramientos para la Santa Sede.
DE INTERÉS: Ministerio Público investiga a Carlos Cordero, nuevo embajador de Honduras en el Vaticano
En primera instancia, Pinter estimó “expresar que sobre el nombramiento del señor Carlos Cordero como nuevo embajador de la República de Honduras ante la Santa Sede, no tengo ningún comentario al respecto que formular”. A renglón seguido el Nuncio Apostólico argumentó: “El Gobierno de la República de Honduras ha solicitado a la Santa Sede el beneplácito para este nombramiento, y esta a través de la oficina correspondiente ha respondido favorablemente.
El hecho que menciona que el señor Carlos Cordero enfrenta en el país, acusaciones o investigado por actos de corrupción, señalo que esta es una acción propia que corresponde ejecutar a los organismos internos de investigación del Estado de Honduras, como país soberano e independiente y en ningún momento o manera atañe a la Santa Sede”.
Pinter dijo que debe prevalecer el principio de inocencia y si es culpable es Honduras la que debe actuar, “la Santa Sede de ningún modo puede entrar en dicho proceso para verificar su inocencia o posible culpabilidad”.
Explicó que aun y cuando la Santa Sede representa gran importancia en el mundo, “cada país posee sus propios criterios para la selección y nombramiento de sus representantes en el servicio diplomático, quedando por igual a cada nación y a la Santa Sede el derecho de otorgar el beneplácito o simplemente negarlo”.
ADEMÁS: Militarizado Toncontín tras retención de José Manuel Zelaya Rosales