Tegucigalpa, Honduras
Prohibir, a través de una norma legal, que los pastores o religiosos participen en política para optar a un cargo de elección popular “violenta los derechos humanos de las personas que tengan alguna aspiración ya que son excluidos”.
Esa es la opinión de Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (Codeh), quien considera que a raíz de eso “hay discriminación”.
Recordó que en las elecciones de 2005, a los pastores evangélicos Mario Tomás Barahona de la Iglesia Mi Viña y Heriberto Chicas no se les permitió participar como candidatos a diputados al Congreso Nacional, por lo que denunciaron ante las instancias competentes sin tener una repuesta favorable.
El caso se remitió al campo internacional a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por lo que fue admitido. En la actualidad, los afectados están en proceso de negociación con el Estado a través de la Procuraduría General de la República (PGR) y el peticionario, que en este caso es el Codeh.
“Si a los pastores no se les permite participar en política se les violentarían los derechos humanos”, enfatizó Maldonado.
“En Estados Unidos, los senadores muchos de ellos son pastores evangélicos, al grado que el lema de ellos es ‘En Dios confiaremos’”, comentó.
Por su parte, Ismael Pino, presidente de la Organización Evangélica Pastoral de Honduras, dice que Honduras es un Estado laico, pero como el mundo va evolucionando, “tenemos que ver hacia el futuro”.
“El mismo sistema va a permitir en el futuro que un religioso tenga que aspirar a un cargo de elección popular ya que el político tradicional no ha sido respuesta para el país”, aseguró.
“Cuando la sociedad está degradada, el país tiene que buscar otras opciones y es donde aparece la Iglesia Evangélica como ente de mayor credibilidad ya que tiene hombres limpios”, aseguró Pino.
“La misma sociedad va a abrir espacios y las puertas para que algún día un pastor evangélico o un sacerdote sea el que saque adelante a este país”, dijo.
