TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El joven Wilson José Berríos ya pudo alimentarse, lo cual refleja una evolución considerable. El muchacho de 18 años ingirió sopas, leche y jugos.
Fue hospitalizado el 11 de diciembre al explotarle un mortero que le lanzaron mientras trabajaba en la Villa Navideña de Choluteca y sufrió una desfiguración en su rostro.
Desde entonces hasta hace dos días, se alimentaba a través de una sonda gástrica. Asimismo, ayer le quitaron la traqueostomía, un tubo clínico por el cual respiraba a través de un agujero en su garganta.
Ahora respira por dos tubos pequeños que le colocaron para que hagan la función de fosas nasales, ya que por la explosión los huesos de la nariz se le destrozaron.
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