La imponente jirafa, leones africanos y tigres de bengala que sobreviven en el lugar languidecen.
'El parque ecológico era muy rentable, era nuevo, tenía mucha inversión pero ahora no tenemos el capital que tenían los dueños' para mantenerlo, asegura a la AFP la bióloga guatemalteca María Díaz, clamando por un arreglo económico con el gobierno, que se lo otorgó en concesión.
Las instalaciones -ubicadas en una colina 150 km al norte de Tegucigalpa- cuentan con una jirafa de cinco metros que asoma su largo cuello para saludar, mientras las cebras se alimentan en un establo. También hay establos con venados, camellos, tapires -una de ellas recién parida con su cría- y las piscinas de los hipopótamos.
Además de los animales, el parque ofrece atracciones como bicicletas acuáticas, lanchas pantaneras, caballos y vehículos, cafeterías, piscinas, restaurantes y 15 cabañas a disposición de los turistas, que así y todo escasean.
El zoológico fue construido al estilo de la Hacienda Nápoles, del fallecido capo colombiano Pablo Escobar, por los Cachiros, cuyos líderes se entregaron a la justicia de Estados Unidos al ser declarados extraditables.
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Las cifras que preocupan a Joya Grande
Las instalaciones fueron decomisadas por la Oficina de Bienes Incautados (OABI), tras lo cual la bióloga Díaz -hasta entonces encargada de cuidar a los animales- lo obtuvo en concesión en abril de 2014, a un costo de 7,400 dólares mensuales.
Para administrar el parque, que recibió con 300 animales, creó una empresa servicios veterinarios, pero luego 200 animales fueron decomisados, con lo que aumentaron los costos del ecoparque, que debe mantener a 500 ejemplares de 58 especies.
'Aunque no vendamos, tenemos que pagar a los empleados, a los proveedores y los animales siempre comen', argumentó Díaz.
El pago a 65 empleados, la alimentación de los animales, agua y luz consumen un presupuesto de unos 42,000 dólares al mes.
En tanto, arrastra una deuda de 83,000 dólares que no puede pagar por la baja asistencia.
El mal estado de la carretera de acceso, con trechos sin asfaltar, complica la situación.
Para sobrevivir, 'esperamos una condonación de la deuda y una rebaja en el pago mensual' que se ha gestionado ante la OABI, explica esta apasionada por los animales, vestida con traje de safari, en su oficina dentro del zoológico.
El director de la OABI, José Luis Andino, dijo a la AFP que los abogados están estudiando la solicitud para ver 'si legalmente es posible', en una transacción 'meramente comercial'.