TEXAS, ESTADOS UNIDOS.- Momentos de horror y desesperación vivió una familia de migrantes hondureños que fue secuestrada en febrero pasado cuando se trasladaban de México hacia Estados Unidos de forma ilegal.
Durante una entrevista para Univisión, los compatriotas relataron el infierno que sufrieron a manos de la banda “Los chaparros, quienes los mantuvieron en cautiverio durante tres semanas.
”El niño decía ya no aguanto el hambre”, inició contando Kenia López.
Los compatriotas recordaron que mientras estaban al interior de un cuarto con candado, todos sobre un mismo colchón, escuchaban lamentos de otras personas, pero desconocían el motivo y lo que les estaban haciendo.
De acuerdo con el relato de Darwin, durante el secuestro fueron víctimas de golpes y torturas por parte de los criminales. “Me da en la cabeza, caí inconsciente, boté mucha sangre”, recordó Darwin.
El patriarca reveló que los individuos los amarraban, le echaban un líquido que simulaba ser sangre y “le ponían la pistola en la cabeza”. “Al que no mandara dinero, le cortaban un dedo”, dijo.
La familia hondureña junto a otras 25 personas fueron rescatadas luego de que los secuestradores usaran el celular de una de las migrantes para hablarle a su esposo. “Lo primero que miramos fue el cielo, eso fue impresionante ver la claridad”, recordó Darwin del momento en que fueron rescatados.
Ahora, a la familia llegó a Estados Unidos para pedir asilo y se le otorgó una visa humanitaria desde el 12 de mayo de 2023.
Sueño americano
José Rivera (4), Elisabeth Rivera (12), Alexis Rivera (16), sus padres Darwin Rivera (38), Kenia López (35) y dos primos menores de edad decidieron emprender un viaje a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Sin embargo, fueron secuestrados por una banda criminal. Los secuestradores se pusieron en contacto con la familia luego de tres semanas de su partida mostrando en videollamada las torturas a las que eran sometidos sus seres queridos y exigiendo un pago de 5,000 dólares por cada uno de ellos.
Desesperada la familia acudió a las calles con botellones para pedir, además realizaron ventas de comida y otras actividades que terminaron en la recolección de un poco de dinero que posteriormente fue robada por unos falsos agentes mexicanos.