Al pie de la fosa, la madre del niño lloraba inconsolablemente, grabando en su memoria ese pequeño ataúd blanco en el que daba el último adiós a su ser amado.
Familiares y amistades también llegaron al cementerio para despedirse de William Isaac, al mismo tiempo que lamentaban lo ocurrido. La delincuencia que azota el país cobró una vida inocente.
La familia se dirigía hacia su casa en la colonia Iberia, cuando el malhechor, que viajaba como pasajero, sacó una arma de fuego y amenazó con dispararle a cualquiera que se resistiera a entregarle sus pertenencias; el menor y sus hermanitos se pusieron nerviosos y comenzaron a llorar.
Las palabras del sujeto se materializaron cuando segundos después disparó su arma y una de las balas impactó al menor. El suceso ocurrió en Comayagüela, a la altura de El Centenario.
Al ver a su hijo desangrarse tras ser impactado por la bala que atravesó su abdomen, la desesperada madre se lanzó del autobús con el pequeño William en sus brazos e imploró ayuda.
La respuesta vino de un desconocido, quien al ver la escena los trasladó hasta el Materno Infantil del Hospital Escuela Universitario, donde horas después fue declarado muerto.