Tic Tac

La prensa bajo amenaza y el desafío de cómo dar protección a los periodistas   

El asesinato de dos periodistas en Tijuana, en una semana, vuelve a plantear la complejidad de brindar seguridad a los comunicadores
29.01.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los asesinatos del fotógrafo Margarito Martínez y la reportera Lourdes Maldonado - el 17 de enero y el 23 de enero, respectivamente- desataron reclamos entre periodistas, quienes realizaron protestas en Tijuana, Ciudad de México y otras ciudades.

Afuera de la Secretaría de Gobernación (Interior) Federal, y vistiendo de negro, cientos de personas exigieron a las autoridades justicia y colocaron fotos de decenas de comunicadores ultimados en este país junto con velas.

“¡ Justicia para Lourdes y Margarito!”, era una de las pancartas que portaban manifestantes de Tijuana. “Todos estamos muy consternados y exigimos que esto se resuelva ya. Si agreden a uno, nos agreden a todos”, comentó en esa ciudad Carmen Olsen.

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Ambos periodistas asesinados fueron baleados, habiendo anteriormente denunciado amenazas y solicitado protección al mecanismo de seguridad en Baja California.

“Este mecanismo nuevamente falla cuando los periodistas se sienten más vulnerables”, dijo Sonia de Anda, reportera de Tijuana y consejera del Sistema Estatal de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Comunicadores. Desde Nueva York, el secretario general de la O NU, Antonio Guterres, condenó el lunes los asesinatos a través de su vocero, Stéphane Dujarric.

“Llamamos a las autoridades mexicanas (...) a tomar nuevas medidas para evitar los ataques contra los periodistas”, dijo.

De Anda explicó que Martínez fue amenazado por un bloguero presuntamente ligado a criminales, pero jamás se concretó una medida de seguridad. Maldonado, en tanto, tenía desde hace un año custodia policial para cuando llegaba y salía de su casa.

Pero el domingo le dispararon justo cuando estaba en su automóvil, frente a su domicilio. “Evidentemente, no había policías esa noche”, lamentó de Anda, que también integra el colectivo “Yo sí soy periodista”.

Jorge Carrasco, director del semanario Proceso, se acogió a ese mecanismo en 2013 tras ser amenazado de muerte por su trabajo.

Le asignaron un guardia y colocaron cámaras en su casa. “En mi caso funcionó. Pero el mecanismo quedó rebasado, fueron tantos casos”, lamenta, al subrayar además falta de compromiso de otras autoridades y la nula coordinación con gobiernos estatales.

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Burocracia

Así ocurrió en Baja California, donde la entrada de un nuevo gobierno dejó en suspenso la seguridad para un puñado de periodistas.

“Por el cambio de gobernador, el mecanismo dejó de operar. Apenas hoy (lunes) iban a reinstalarlo. En el inter nos mataron a dos compañeros”, lamentó de Anda. Balbina Flores, de la oficina de Reporteros sin Fronteras (Rsf) en México, asegura que por este “procedimiento absurdo” Margarito Martínez tuvo que recurrir al sistema federal, pero su petición se perdió en papeleos.

“El mecanismo debería brindar protección inmediata, dejar trámites para después”, reclamó Flores. De Anda cuestionó el rigor del sistema federal pues, según denunció, años atrás cobijaron a un individuo que se decía periodista, pero que estaba ligado a criminales.“

'Le quitaron la protección hasta que lo sentenciaron”, dice. Flores observa que la protección federal tampoco es garantía.

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“Al menos cuatro comunicadores con guardias asignados han sido asesinados en tres años”, señaló. A los crímenes de Tijuana se suma el del periodista retirado José Luis Gamboa, de Veracruz, quien el 10 de enero recibió varias puñaladas que le costaron la vida. México es uno de los países más peligrosos para los periodistas, con más de un centenar asesinados desd e 2,000 según la Comisión de Derechos Humanos (defensoría). Más del 90% de estos crímenes permanecen impunes