Según la historia que comenzó a escribirse hace más de cuatro siglos, paralelo a la evolución de Tegucigalpa se da la del vecino asentamiento de Comayagüela, antiguo pueblo de indios.
“Este es ascendido a la categoría de Villa de la Concepción de Comayagüela en 1820. Este ascenso ya se perfilaba con la construcción del puente Mallol (1818-1821) y la dinámica poblacional y económica de este centro urbano”, recalcó la historiadora hondureña Daniela Navarrete Cálix.
Con el correr de los años se establece su propia municipalidad frente a la plaza La Concepción, y la categoría de ciudad le es conferida durante la administración del presidente Policarpo Bonilla (1893-1899).
Desde 1897 se le considera parte integrante de la capital de Honduras.
Histórica armonía
Si hay algo que hace de Comayagua --la pequeña o la ciudad gemela, como se le conoce-- un lugar único y trascendental es su centro histórico, que junto al de Tegucigalpa conforman el centro histórico capitalino.
En este emblemático espacio que comprende desde la primera, segunda y tercera avenida hasta el parque El Obelisco sobresalen inmuebles que deslumbran tanto por su riqueza arquitectónica como histórica.
Entre estas joyas que también son parte del patrimonio hondureño están la Iglesia Inmaculada Concepción, que data, de acuerdo a la inscripción de la entrada principal, de 1796.
A esta parroquia se le considera la madre de todas las iglesias de Comayagüela y actualmente está bajo la dirección espiritual de fray Rocael Reyes.
Parte también de este núcleo lo conforman el antiguo Boarding House, conocido también como la Casa de las Gárgolas.
Fue construido entre 1940 a 1950, se dice que en este inmueble se tejió la historia más destacada del centro histórico.
De imponente estilo neoclásico es el edificio de la Escuela Nacional de Bellas Artes, que entró en funciones el 1 de febrero de 1940. Antiguamente funcionó en Comayagüela hasta su fusión en 1938.
También está el parque La Libertad, con su estatua en honor a “La libertad” donada durante el gobierno de Marco Aurelio Soto.
Otra obra significativa es El Obelisco, que se construyó en honor al primer centenario de independencia patria, es decir, en 1921.
Los centros educativos Lempira y República de Argentina también sobresalen por su arquitectura, no digamos por su aporte a la educación en la formación.
Un aporte significativo es que el Centro de Arte y Cultura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (CAC-UNAH) ha venido a revitalizar la memoria histórica de Comayagüela y ha reivindicar sus formas de convivencia.
No se puede obviar que Comayagüela es la cuna de personajes célebres que engrandecieron a Honduras, entre estos el poeta Juan Ramón Molina, el humanista Rafael Heliodoro Valle, el fabulista Luis Andrés Zúñiga, el historiador Rómulo E. Durón o Miguel A. Navarro, entre otros.